7-Eleven o ‘el conquistador barrigudo’ de Siam

7 eleven en Tailandia

Foto: Sanukdom

Lo de tener un 7-Eleven en casi cualquier esquina de Bangkok a mí me recuerda a Laura. A la Laura que vivía en mi barrio cuando yo aún estaba en el instituto. Si alguno de mis amigos tenía un apretón rápido, siempre iba a ver a Laura. A la hora que fuese. Lo malo venía después, porque la buena de Laura, que tonta no era, se lo cobraba haciéndole la vida imposible al fulano que hubiese pasado por su casa.

Más o menos lo mismo que hace 7-Eleven en Tailandia. Cualquiera que haya venido por aquí conoce las mil maravillas de que existan las tiendas de conveniencia de color verde. El imperio que nació en Texas, pero que alcanzó el mayor éxito cuando fue comprado por japoneses y lo incrustaron en las vidas de Asia. Lo malo no se ve tan fácilmente.

La cadena de tiendas de conveniencia llegó a Tailandia para quedarse. Con una misión. Según sus notas de prensa, ofrecer eso que necesitas en cualquier lugar y ser “el amigo cercano” que está disponible a todas horas.

Porque 7-Eleven dice hacer mucho por cada país en el que aterriza. En Filipinas, por ejemplo, se enorgullece de instalar sus luminosas tiendas en calles oscuras “para ahuyentar a drogadictos y camellos”. Y en Malasia promulga el Islam y es la alternativa donde toda la comida es certificada como halal. Vamos, son unos buenos chicos.

Prostitututas putas Pat Pong 7 Eleven

Las chicas de Patpong hacen la calle delante del 7-Eleven. Así les llega el fresquito que desprende el aire acondicionado de la puerta y 7-Eleven puede decir que vende otro tipo de productos ‘frescos’. Foto: Jim Chou.

En los primeros días en Asia, todo el mundo tiene un idilio con 7-Eleven. También es de lo que más echas en falta si has de volver a Europa. Porque son tiendas, como su nombre indica, convenientes. Puedes comprar comida preparada, bebidas, chucherías y hasta pagar las facturas. A las cuatro de la mañana es fácil toparse con el típico personaje dando tumbos comprando sandwiches y condones. Así se combate la natalidad.

Lo malo son las consecuencias. Porque 7-Eleven también es una fábrica de gordos. En menos de dos décadas, Tailandia ha pasado de tener casos de desnutrición a que un tercio de la población padezca sobrepeso. Y uno de los grandes culpables, como explica de forma brillante el periodista Patrick Winn, tiene que ver con nuestra tienda favorita.

Y yo no oculto que he probado todas las porquerías que vende 7-Eleven. Que he visitado casi a diario alguna de sus tiendas. A los extranjeros nos gusta casi tanto como a los tailandeses. Pero igual que mi vecina Laura luego te volvía la vida imposible, para muchos el acercarse cada día a una de las tiendas verdes ha hecho que sea imposible perder peso.

La historia de la tal Laura no viene de casualidad. Relacionar lo que hace 7-Eleven con estas relaciones de puro apretón es normal en Tailandia. No en vano, hay una famosa canción de luk tung tradicional -la melancólica música de la Tailandia rural- cuyo estribillo dice “jamás volveré a ser tu 7-Eleven particular”. La muchacha que cantaba dicha letra era sin duda la versión rural de mi vecina.

 

El ‘adoctrinamiento’ de 7-Eleven

 

Monje en 7-Eleven Tailandia

Esto es casi una religión.

Cuando uno está acostumbrado a los escasos en higiene badulaques españoles, donde la comida es cara y no pocas veces está caducada, el romance con 7-Eleven es casi instantáneo al llegar a Asia. Sus tiendas son un refugio ante el calor de Bangkok, con el aire acondicionado a niveles gélidos. Las dependientas, simpáticas. Y todo por cuatro pesetas.

Además, tiene todas esas porquerías que nunca has visto en tu país. Cacahuetes recubiertos de leche de coco, hamburguesas que en lugar de dos trozos de pan tienen arroz pegajoso, bebidas contra la resaca y arroz con pollo que las mismas dependientas te calientan en el supermercado para comértelo en la calle. Todo muy atractivo.

Quizás el aire acondicionado a 19 grados y el dispendio en bolsas de plástico -si compras tres productos te dan tres bolsas, una por artículo- se meen en el ecosistema. Pero a quién le importa la capa de ozono si cuando sales de la discoteca tienes una hamburguesa por medio euro en cualquier esquina.

Comida precocinada 7-Eleven Tailandia

Dim sum, gyozas o arroz glutinoso. Todo lo que imagines puede estar en la estantería de comida preparada.

¿En qué momento descubres que eres un adicto a toda la porquería que vende 7-Eleven? El día en que ves los sándwiches de plástico que venden o la mala pinta de los arroces precocinados y aun así se te hace la boca agua. Entonces sabes que te encanta esa porquería. Estás adoctrinado. Porque la primera vez que ves esa supuesta comida de plástico lo normal es hacer una mueca de repulsión.

James Jirayu en 7-Eleven

James Jirayu, un popular actor de dramas tailandeses, ha promocionado la comida preparada de 7-Eleven.

Y eso nos pasa a nosotros, los fulanos de ojos redondos que desconocíamos todo esto. Mientras que los hombres y mujeres de Siam llevan ya décadas de adoctrinamiento. Sin duda, funciona. Ninguna otra marca está tan presente en las mentes de los tailandeses como 7-Eleven. Puede que sea una compañía japonesa que nació en América. Pero donde arrasa es en Tailandia.

Existen más de 7.500 tiendas en Siam. Cada año se estrena medio millar más. Y hasta 1.234 personas visitan cada tienda a diario. Más que en Japón y Estados Unidos, donde 1.052 y 920 clientes pasan por sus locales. El volumen de concentración también es el más elevado del mundo. Vayas donde vayas, hay una tienda.

Quizás 7-Eleven tenga su sede en Japón. Pero la división tailandesa, gestionada por el imperio gastronómico tailandés de CP, es indudablemente la que marca el éxito del gigante nipón.

 

¿Por qué el aumento de obesidad en Siam se relaciona con 7-Eleven?

 

Hamburguesas 7-Eleven

El ‘delicioso’ menú de cada día en 7-Eleven. Cuanto menos es barato.

No hay alternativa saludable en 7-Eleven. No encontrarás fruta. Tampoco ensaladas. Mucho menos verduras. En cambio, bollería y platos precocinados todos los que desees. O hamburguesas radiactivas que, además de atentar contra el paladar, darán vueltas en tu estómago durante bastante tiempo tras degustar su sabor.

Y tampoco hay alternativa a comer deprisa más allá de 7-Eleven. ¿No tienes tiempo de cocinar o ir al restaurante? Tu tienda de conveniencia de la esquina te resuelve la papeleta. ¿Has de comer en el coche? Uno de sus arroces te salvan el culo. Vale, puedes comprar comida en algún puesto callejero. Pero los tailandeses valoran la comida de plástico de 7-Eleven por su higiene.

Arroz en 7 Eleven

Los míticos arroces precocinados de 7-Eleven. La verdad es que no están malos.

Otro aspecto capital para ganar peso es la desinformación que existe en todo lo relacionado con los productos envasados en Tailandia. Si creías que los países de origen latino dependemos del azúcar, no has visto nada comparado con Siam. Todo lleva azúcar. Sólo que aquí las etiquetas son mucho más confusas y se camufla la información relativa a los problemas derivados de este consumo de azúcar masivo.

Tailandia es, desde el año pasado, el segundo exportador mundial de azúcar. Eso hace que su producción para el mercado local sea también masiva. La industria es gigantesca y el tailandés medio ha de sufrir en sus carnes el tren del desarrollo.

Lo más divertido del asunto es que todos los productos desnatados o a cero calorías suelen ser ficticios. Coge un envase de leche en cualquier 7-Eleven que diga que es desnatada y cero calorías. Si lees la letra (muy) pequeña y en tailandés, dice que es “cero calorías de grasas”. Porque luego todos los productos sin grasas suelen tener tanto azúcar como una Coca Cola. Así la leche desnatada está tan buena.

El caso rocambolesco es el de los productos adelgazantes. Como el café VSlim que venden en 7-Eleven. Dicen que tiene una serie de ingredientes para adelgazar y que mejora tu figura. Pero si lees lo que pone en la etiqueta ves el engaño que resulta.

VSlim espresso. Café de Tailandia

Este café tiene truco…

Dicho café dice tener fibra y otros ingredientes para matar el hambre. Por detrás, afirma contar con sólo diez calorías. Pero de grasa. Lo siguiente que dice es que tiene 100 calorías reales. Claro, hay siete gramos de azúcar para esa pequeña lata. Como en una Coca Cola. Que yo tenga entendido, da igual toda la fibra que pongas para matar el hambre. Esa cantidad de azúcar te hará devorar cualquier cosa que encuentres en tu 7-Eleven.

Décadas atrás, todo esto no existía. Pero ahora esta dependencia de la comida basura que promulga el vecino 7-Eleven amenaza con alcanzar en 2015 un 40% de población con sobrepeso, según cifras del Ministerio de Sanidad. Sin embargo, son bastante alarmistas nuestros amigos del Gobierno.

Big Gulp

Big Gulp es la alternativa barata de 7-Eleven a las bebidas azucaradas de Mc Donald’s.

Para rematar, uno de los productos más engordantes de nuestra tienda de conveniencia favorita. En tu 7-Eleven tienes un surtidor de Coca Cola y otras bebidas carbonatadas en un vaso de plástico al estilo Mc Donald’s. Medio litro de bebida dulce y carbonatada. Es la manera más barata de beber refrescos y, cómo no, no existen las versiones edulcoradas. Todo es con azúcar.

Su nombre es Big Gulp, muy apropiado, y todos los días ves a niños con su vaso de medio litro. Es muy barato y adictivo.

No hemos hablado de los beneficios de tener un 7-Eleven cerca de cualquier lugar. Además de un pequeño supermercado abierto las 24 horas, también puedes pagar facturas o comprar billetes de autobús. Aunque son usos menores.

Yo sigo siendo un fiel defensor de 7-Eleven y el resto de tiendas de conveniencia. Las facilidades son enormes y realmente son útiles. También consumo muchos de sus productos. Pero creo que hay que tener en cuenta qué consecuencias tiene abusar de los sándwiches precocinados y de los refrescos de medio litro.

¿Por qué? Pues debido a que la comida preparada de 7-Eleven engaña. Compras un arroz con pollo y piensas que es más saludable que una hamburguesa de Mc Donald’s. Cuando lleva la misma porquería química. Pero a nuestros ojos mortales, pensamos que es menos calórico. Es arroz, ¿no?

Y sin embargo, los números son claros. Ahora mismo, el 33% de los tailandeses padecen sobrepeso. El Gobierno teme que se alcance el temido 40%.

Y un dato para reflexionar. La obesidad ha aumentado un 36% en hombres. Y un abrumador 47% entre mujeres. Así se entiende que darse una vuelta por cualquier barrio local en Bangkok signifique ver mujeres obesas en cada esquina. Igual que 7-Eleven. Que es “tu amigo cercano” presente en cada esquina.

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17 comentarios

  1. BRAIN dice:

    Vamos a verlo desde el lado del vaso medio lleno. Si sigue aumentando la obesidad, dentro de poco ya no habra problemas con la integracion de los farang sextegenarios. Todos seran barrigudos e igual de “guapos”… xD

    • Como el asunto siga así, cualquier día el turista de soi cowboy se va a encontrar a muchachas entradas en carnes bailando en la barra. Al fin y al cabo, la obesidad por aquí afecta mucho más a las mujeres.

  2. NiNjA dice:

    Hoy por primera vez en mi vida he entrado a un 7 eleven y ha sido en bangkok, a comprar agüita y protección solar. Me ha ido de perlas para poder pasar un ratillo con aire acondicionado!!
    He estado toda la semana aqui por trabajo, y ahora q tengo unos diitas libres antes de volver a BCN, he puesto en el google… Donde salir de fiesta en bangkok… Después de mucha pagina basurilla, he visto tu blog y me ha encantado! Las entradas son originales, esta bien escrito y das informacion.
    Pq no me sacas de fiesta algún dia? Yo estoy por aqui hasta el dia 4! 🙂
    Ánimo y a seguir escribiendo!

  3. ¡Hola Ninja!

    ¡Gracias por leerme! Me encantaría que te vinieses de fiesta este fin de semana. Pero me voy por trabajo hoy a Pattaya y estaré fuera estos días.

    En Pattaya esta noche, claro, sí que saldremos. Ahí queda eso. Para contactarme en privado, puedes hablarme a través del Facebook de la web: http://www.facebook.com/bangkokbizarro

    ¡Saludos!

    • NINJA dice:

      Gracias majo! Pero no tengo facebook… Bueno, probaré Scratch dog! Oye, entonces no tiene sentido ir muy prontito no? Se llena a partir de las 2h?

      • Vas solo, ¿verdad? Ves a RCA, a las 22 ya está lleno y te molará. La putada de Scratch Dog es que lo suyo es comprar botella y pillar mesa. Y si vas solo es jodido.

        Yo me acercaría antes a RCA, que tiene varios clubes molones. Ya contarás qué tal 😉

  4. Jon dice:

    7-eleven te salva el culo mil veces…
    Lo mejor son los fideos instantáneos quita resakas de el día siguiente, ¡¡que buenos!!

  5. NiNjA dice:

    He visto tu mensaje ya por la mañana, pero si justamente fui a route 66 y después a scratch. En RCA tuve q ir a un 7 eleven (Enlazando con el tema) pq el taxista me dijo q no tenia cambio.
    Si, iba solo pero estuvo wai.

    Oyee… Nadie baila o que? Esta fue mi frase de presentacion a las autóctonas, que me contestaban como podian… Están todos en las mesas de pie, parados mirándose a los ojos. Cuando pasan las horas se van animando!

    En scratch dog ya estaba bastante perjudicado. Me cachearon ligeramente al entrar, eso si, con una amplia sonrisa. Al salir de los dos sitios, tuve q negociar precio con los taxistas. No se si solo lo hacen con turistas o si son taxistas de verdad o si puedes pasar de ellos y buscar uno q vaya circulando o…

    Hoy… Mmm, no se donde ire todavía…

  6. Los taxistas son bastante especiales… No hagas caso a los que se ofrezcan, para a alguno que vaya circulando. Y pide siempre el ‘meter’. No hay por qué pagar de más. Y nunca tienen cambio de mil, a veces ni de 500.

    Ya que vas solo, prueba de ir a Khaosan, que es más turístico y mochilero pero tiene su gracia. Puedes tomar algo en las terrazas y luego ir a The Club. A partir de las 22 está bien ya. Y luego puedes volver a Scratch o cualquier otro sitio.

    En Bangkok el asunto se va animando conforme avanza la noche 😉

  7. NiNjA dice:

    Pues casi prefiero (si viviera ahi sería diferente) q vengan a buscarme los taxis y pagar 1 euro mas.

    En scratch me pedía un “dineral” y le dije yo te doy tanto y el tío se fue diciendo q no con la cabeza (un poco teatrero) y yo seguí mi camino. Al ver q pasaba de el, pego unos gritos a unos chavales q me dijeron i take, i take, y pague lo q le había ofrecido, q para el realmente es muuuy buena carrera y pensó, sino pillo a este pardillo lo hará otro.

    Gracias por la sugerencia. Les preguntare tambien a las camareras del hotel. Ayer me recomendaron ir a RCA.

    Oye, si le digo a una q me acompañe, se lo tomara mal? Como si la tratase de pilingui?

    • Victor dice:

      Coger un taxi en RCA es una de las verdaderas pesadillas que nunca me he encontrado en Bangkok, casi ningún taxista te pone el Meter. Si a una camarera tienes buen rollo con ella y acepta, porque creería ella que va a ser una pilingui. Si no vas del típico farang guarro, puedes conocer así por parte de un local más del país.
      En Scratch si te molesta mucho eso, es irse caminando hasta Sukhumvit y ahí parar un taxi. A mí, que me hagan eso por ser farang no me gusta, lo evito, eso sí en RCA es casi imposible.

  8. Antonio de Madrid dice:

    Luis me encanta leer tus articulos, eres un gran conocedor del pais, para mi los seven eleven son fantasticos, lo mejor el surtido y los precios, compiten con los Big C y Tesco Lotus y estan por todas partes, nada que ver con los mismos en España donde pagas un suplemento injustificado.
    Hay varios articulos que compro de forma habitual, platos precocinados, desde espaguetis a sandwichs, tengo un pequeño vicio con los paquetes de bocaditos de nata de 6 uds, por 25 baths, estan riquisimos.
    También compraba las latas de cafe Vslim, creia que de verdad tenian menos calorias, a mi lo que mas me gusta de las chicas thais es lo pequeñas y delgadas que son, con una piel suave como el talco, parece que estas con mujeres de menos edad.
    Saludos.

    • ¡Hola Antonio! Tú también conoces bastante el país por lo que vas comentando en Facebook 😉

      Yo al 7 Eleven voy a diario, ya sea porque tengo hambre y lo tengo en el condo o porque me quedé sin agua. Los platos precocinados del 7 Eleven saben mucho mejor de lo mal que lucen, pero de saludables no lo son para nada. Para las emergencias están bien. Y bueno, lo que tiene su gracia son esas hamburguesas de arroz glutinoso 😉

      Si quieres comprar latas de café con menos calorías, siempre puedes comprar Preaw Coffee, que esas sí tienen versión sin azúcar. Y las anuncia Baitoey R-Siam en bañador, ¿qué más puedes pedir? ¡Saludos!

  9. Aaron dice:

    Hola Luis

    Que buen reportaje de comida chatarra……. jejejeje

    Ya que este es un buen negocio me gustaría saber y Tengo una pregunta conoces algún farang que es propietario de un 7 eleven en la Tierra de Siam.

    • Hola Aroon. Seguramente alguno haya, claro. No es lo habitual, pero tampoco deja de ser un negocio al que es posible acceder. El problema es el de siempre: ¿cómo hacer para evitar el proteccionismo tailandés? El negocio será en un 51% propiedad de un socio tailandés, y el extranjero no puede trabajar allí. Eso lo complica bastante.

      Hay muchos 7 Eleven, para que den dinero es necesario tener varios de ellos, que es como suelen hacerlo muchos inversores. Sin embargo, es una de las múltiples opciones. Con dinero para invertir, en Tailandia se puede lograr mucho.

  10. Aaron dice:

    Sabrás que vi un documental de un español que puso un negocio de motos o algo asi en tailandia creó que el documental se llamaba españoles por el mundo o algo así. Le preguntaron que si volvería a España y dijo que no. Otro tenia una avioneta y uno tenia un hotel, otro era chef y otros tenían otros negocios en la tierra de siam. Muy interesante el documental.

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