Muñecas de plástico y ‘look’ alienígena: los excesos de la cirugía

Tangmo actriz tailandesa

Tangmo, actriz de culebrones tailandeses adicta al bótox, los párpados abiertos, las rinoplastias y también a las mandíbulas afiladas, en su antes y después.

Yingdee ha preferido quedarse en casa. Es fin de año en Tailandia y sus amigas llevan dos horas chateando con sus móviles y enviando fotos de los modelitos que lucirán esta noche. Sus mejores galas. No es el caso de la joven. Mientras sus compañeras aún están maquillándose, ella se mira al espejo de su habitación. Viste un pijama rosa y lleva puestas sus gafas baratas. Pero sonríe y está feliz, aunque exhiba una mueca de dolor al gesticular.

Hoy no saldrá a celebrar nada, pero para esta tailandesa en sus veintimuchos hoy es un día especial. Porque acaba de realizar su segunda operación de cirugía plástica en su nariz, la que por fin eliminará cualquier rastro de su origen siamés en su cara. La clínica en la que ha sido operada ofrecía jugosos descuentos a quienes no les importase cambiar de año con la cara vendada. ¿A quién le importa perderse una Nochevieja si es posible ahorrarse unos bahts en la imagen de tus sueños?

Cirugía plástica v-shape alienLo que Yingdee no puede ver es que esas operaciones baratas de cirugía plástica no la hacen más bella. Sino que cada día parece más de plástico. El bisturí ha retocado sus párpados en tres ocasiones, si bien usa unas pestañas postizas y unas lentillas que convierten sus ojos en dos agujeros negros. Su nariz acaba de ser alargada por segunda vez. Aunque peor aún luce su barbilla.

La histeria asiática por afilar las barbillas, operaciones conocidas como V-Shape y que buscan crear un efecto en uve, la ha llevado a inyectarse un buen puñado de unidades de bótox alrededor de su mandíbula. En manos de médicos baratos sin interés estético, su cara ha sido tan afilada que -además de estar paralizada como la de una muñeca- ahora se asemeja a la de un alienígena en un telefilme barato de ciencia-ficción.

Ella, sin embargo, se ve hermosa. Y cree que su barbilla aún no está suficientemente afilada, sus ojos aún los encuentra pequeños y sus labios -siguiente objetivo- le resultan demasiado esponjosos. No escucha a quien le dice que ya es suficiente. “Pronto podré conseguir mi sueño, necesito ser bonita para tener la posición social que deseo”.

Igual que quien sufre de anorexia nunca se ve suficientemente delgado, Yingdee siempre cree que le falta una siguiente operación. Como aquellos que no dejan de decir que necesitan una raya más.

 

Tailandia, un país moldeado en cirugía plástica

 

Asia Clinic cirugía plástica en Tailandia

Asia Clinic es un popular centro de cirugía plástica, pensado para tailandeses y extranjeros. Con esta foto muestran lo que pueden hacer en rinoplastia. Nunca la nariz aguileña estuvo tan de moda.

La popularización a nivel de calle de la cirugía plástica ha encontrado en Asia su lugar. Es en esta parte del mundo donde lo de pasar por quirófano no es algo que reste mérito a la belleza. En lugar de considerarse trampa, al contrario, se dice que una operación es luchar por superarse. Igual que hacer deporte.

Es sin duda en Corea del Sur donde el hecho es más notable, la capital mundial en cirugía plástica. Todo es posible de ser mejorado para ellos. No sólo es limar narices, abrir párpados, retocar orejas o poner tetas. En la tierra del taekwondo son expertos en hacer a los pacientes más altos -con prótesis en los huesos- y en lo que es el último grito: limar mandíbulas.

Esa es su especialidad. Modificar el aspecto de la cara limando con sierra la barbilla del paciente. Abren, ponen toda la pieza ósea al descubierto y eliminan lo que sobra. Operación de riesgo cuyos resultados se exhiben por todo el país.

Tailandia, detrás de Corea y a la par de Taiwán y Japón, es el otro gran país que pugna por masificar la cirugía plástica. Pero como todo lo que se hace en esta parte del mundo, buscando su nicho de mercado. ¿Qué pueden ofrecer las clínicas siamesas para competir con los otros tres países asiáticos? Precio. Incluso apuntan al turista para que venga aquí a pasar por el bisturí.

Al nivel de Corea del Sur no se ha llegado en esta parte del mundo. Aquí no se alargan las piernas -los tailandeses son de mayor estatura- y el popular V-Shape se hace con bótox, de forma temporal e inmovilizando partes de la cara con un efecto grapa. No se comete la aberración de limar la parte ósea de la mandíbula. Mejor. Los efectos secundarios que sufren los coreanos pasan por dolores a que se les caiga la baba sin que se den cuenta. En casos extremos se producen muertes y suicidios.

Quizás fue la industria del cambio de sexo, con sus clínicas de cirugía estética, las que llevaron a crear un clúster fuerte en Tailandia. Pero lo más importante es cómo se ha vendido el hecho de pasar por el bisturí: está al alcance de todos los bolsillos y, si no haces uso de ello, te van a pasar la mano por la cara. Existe esa idea en la mentalidad tailandesa de los jóvenes. La cirugía plástica, en la competitiva belleza social, no es un extra. Sino que es el mínimo necesario para poder competir. Igual que el clembuterol en el Tour de Francia.

¿Y los precios? Se pueden encontrar rinoplastias por unos 300 euros. Operaciones en los párpados por menos de 500. El precio del bótox es aún más económico, con ofertas que empiezan en los 40 euros y se venden con cupones promocionales. Así se entiende que muchos adolescentes ya hayan pasado por quirófano.

 

El ataque de los clones

 

Modelo tailandesa Mochi Pornpem

Mochi Pornpem, con su look de mandíbula estirada, ojos abiertos y nariz alargada.

La primera consecuencia del uso -y abuso- es la eliminación de todo rasgo característico asiático, y sobre todo tailandés. El canon de belleza en Siam es particular. Quieren ser mujeres y hombres de piel blanca, nariz afilada como la de un francés, ojos redondeados, barbilla estilada y cejas largas.

Vamos, todo características que no cumplen la mayoría de tailandeses por nacimiento. Me recuerda a cuando en España, en mi infancia, se decía que la gente más guapa era la de ojos claros y rubios naturales.

¿Quién marca este patrón de belleza? Obviamente, la televisión, junto a sus primas hermanas las revistas de moda y sociedad. Eso hace que siempre se busquen los mismos perfiles en las operaciones. Es tan limitada la definición de belleza en Tailandia que hasta actrices y actores lucen siempre igual. Son clones o fotocopias los unos de los otros, algo que se suele criticar bastante.

Nuevamente, en esto se lleva la palma Corea del Sur. Ya fueron duramente criticados por presentar a Miss Mundo a un equipo de muchachas clonadas bajo el mismo patrón. Todas las representantes coreanas eran iguales, gracias al paso por el quirófano.

 

Las malas manos de algunos ‘artistas’ del bisturí

 

Ratphila Chairungkit cirugía plástica en Tailandia

Ratphila Chairungkit, una fortuna invertida para transformarse en una mujer aún más fea. Y otra fortuna para poder llegar a ser ‘hermosa’, que es como ella se ve en la foto de la izquierda. Y no, ella no cree que parezca una muñeca de plástico.

Actores y actrices en televisión lucen bien con sus operaciones. Pero no es el caso más general. La cirugía plástica en Tailandia es barata a veces por su cuestionable calidad. Es normal encontrar muchas muñecas de plástico, cuyas caras no se mueven y realmente parecen artificiales. Yingdee, la joven que se queda en casa en fin de año, tiene una cara que es un poema.

En ocasiones, quien ha de poner bótox se equivoca. O la escasa traza del cirujano juega una mala pasada y una nariz queda asimétrica en sus lados. Aunque muchos de los horrores de la cirugía proceden de la obsesión de sus usuarios. Rehacerse la nariz tres veces y ponerse bótox cada mes es un exceso. Los médicos -previo pago- nunca se negarán a operar, aunque sepan que ya no se puede hacer más y sólo queda deformar. No prima la calidad en las clínicas, sino el volumen de ventas.

Sin embargo, el problema mayor viene de la gran popularización. Todo el mundo necesita cirugía plástica en Tailandia, por lo que a veces hay que recurrir a lo barato. Existen peluquerías donde hacen tratamientos de cirugía a precio de corte de pelo. Son muy populares entre las ladyboys con menos recursos económicos y mucha necesidad estética.

La desgracia más recordada es la de Kratae, una mujer florero que, al quedarse sin contratos a sus 32 años, fue a una de estas peluquerías a que le inyectasen silicona en sus caderas. El supuesto médico erró al pinchar con la aguja e inyectó silicona en sus venas. Murió a los pocos instantes, cuando sus pulmones se paralizaron al llegar el tóxico a ellos.

Otra historia muy popular es la de Ratphila, una vendedora de comida en la calle que, a sus 25, empezó a buscar bótox barato en una carrera por ser más bella que acabó pagando cara. Se inyectó el veneno paralizante en varios puntos de su cara, quedando deformada.

Rathpila Chairungkit

Desde luego, Rathpila no parece tailandesa. Guapa tampoco se ve.

Ella misma reconoce que parecía “una bruja”. Sin embargo, decidió invertir una fortuna en arreglar todo lo que la cirugía barata había hecho. Ahora dice sentirse mucho más guapa, si bien casi no puede ni sonreír y parece una muñeca de plástico. Ella no duda en reconocer que odiaba sus rasgos tailandeses de nacimiento.

En ningún momento critica Ratphila el auge de la cirugía plástica en Tailandia. Ella no se ve como una víctima de todo ello. Sino como una luchadora que ganó la batalla. Hizo lo que debía. Y agradece el resultado. “Ahora cuando me veo al espejo me encuentro realmente guapa”. Afirma querer ser una gurú para otras chicas y ayudarlas a encontrar las operaciones necesarias. La mesura no entra en sus planes.

Porque, al fin y al cabo, es lo que ella cuenta. “Necesitas una cara bonita para tener más oportunidades”. Lo mismo que dicen en Corea del Sur, donde los padres pagan operaciones a sus hijos adolescentes para que tengan mejores notas o entren en una universidad de prestigio.

Luego está la pasión por el maquillaje y las horas delante del espejo potenciando una imagen. Pero esa ya es otra historia y se explica eficazmente en este vídeo, en forma de protesta, que ha creado una joven tailandesa. Para bien o para mal.

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10 comentarios

  1. brain dice:

    El ultimo link no va. El del video de protesta…

  2. Nacho dice:

    Pocas tailandesas conozco que no hayan pasado por chapa y pintura, increíble pero cierto lo que cuentas.

  3. Edi dice:

    Protesis en los huesos para ser más altos o se estiran las piernas?

  4. sergio dice:

    soy especialista en cirugia plastica y estoy viajando a Bangkok. me gustaria conectarme con otros espeialistas, gracias

  5. Aaron dice:

    El video de la Tailandesa maquillándose da una información importante, ya que la mujer se muestra como kabreada por usar tanto maquillaje pareciera que no quisiera ni ponerse, eso muestra algo de frustración, no se si la sociedad tailandesa o mejor dicho la sociedad en general del mundo entero vende demasiada publicidad para tratar de crear una imagen de cada persona utilizando sus productos de belleza. Realmente la industria de la belleza es un gran lavado de cerebro a nosotros en occidente nos dicen que la rubia de ojos claros es la compañía que debemos tener a lado de nosotros, es una realidad y si te follas a una o varias de esas, eres el rambo de la folladera. Pero si te follas a las indígenas o como dice un articulo aquí, las monas mejor que nadie se entere o no es la gran cosa. Cuando realmente creo que uno follaria mucho mas por allá que con esas mujeres de propaganda.
    Creo que las industria de la belleza crea complejos en las mujeres y ellas ni se dan cuenta. Pienso que una mujer puede usar maquillaje pero no debe ponerse tanta vaina si al final tienes que quitarte todo.

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