Purificación budista contra el alcohol y otros vicios

Vicios budismo

A la hoguera con todos los vicios. Fotos cedidas por portaldetailandia.com.

Ya lo cantaba el bueno de Javier Krahe: Es un asunto muy delicado el de la pena capital. Por eso del gusto de cada cual, vamos. Sobre todo por lo que cuesta resistirse al gustillo que da el vicio. Hay que ser un tipo muy puro para para que el de allá arriba no te meta un puro y te cierre las puertas del cielo. Y todo por culpa de las alegrías que uno le da al cuerpo entre copas y piernas.

Krahe, whisky en mano, asumía que lo del vicio “tiene un qué sé yo” al que es difícil decir que no. Así que, contento y como buen pecador, se resignaba a la hoguera. Al fuego eterno.

En Tailandia, tierra de muchos y muy variados vicios, lo del fuego purificador y los impuros también tiene su qué sé yo. Sólo que muchos de los viciosos prefieren evitar la hoguera enviando sus adicciones a las llamas y no achicharrando sus carnes. Cómo no, hasta tienen un ritual para ello.

Cada año, los monjes budistas expertos en tentaciones llaman a hombres fieles -o más bien infieles- para purificarse y quemar sus adicciones. Un ritual en el que cada uno de los débiles llevan sus vicios ante los de las túnicas naranjas y, previos rezos, lanzan botellas de alcohol, cartas de póker y cigarrillos a la hoguera.

Sobre el sexo de alquiler se callan, que sus señoras están presentes en el ritual y no es plan que se enteren de quienes curan las soledades de sus hombres. Además que tirar al fuego a la muchacha no sería un buen plan; que los budistas no practican la caza de brujas, más bien las veneran.

 

El fuego que apaga los vicios

 

ritual budista purificacion tailandia

Uno de los rituales contra el vicio celebrado en el norte del país hace unos cuantos años. En esta modalidad para mujeres, ellas son las que queman sus adicciones.

En momentos clave del año se celebran rituales religiosos para eliminar las adicciones del cuerpo de los viciosos. Cómo no, en semejantes actos el monje de turno debería ser la estrella. Pero no. En esta variopinta celebración religiosa, la batuta la llevan botellas de alcohol, objetos decorados con forma de dados, cartas de póker y numerosos paquetes de cigarrillos.

El pasado viernes tuvo lugar en Chiang Mai, en la montaña de Doi Suthep, uno de los rituales más grandes del año. El día antes del cumpleaños del Rey de Tailandia, precisamente. La idea era llegar puro a la celebración del monarca. Allí estuvieron los chicos de Portal de Tailandia, que hicieron fotos del evento y disfrutaron de la quema.

Detalle curioso del ritual de la semana pasada -bautizado como ลด ละ เลิก, algo así como “baja la marcha y para”- es que era sólo para hombres viciosos. Vamos, como si lo del vicio fuese asunto de la colita. Sin embargo, no llegaron solos nuestros atormentados muchachos. Sus mujeres e hijos les acompañaban, aunque en el ritual se colocaron a un lado como público.

ritual budista

Los adictos escuchan a los monjes hablar de adicciones.

El primer acto de la purificación lo protagoniza el sermón de los monjes a sus fieles. Y tras las palabras, cogen botellas de alcohol, los cigarrillos, las cartas y lo que pillen y lo echan todo a unas tinajas donde lo queman.

Pero, ¿de dónde salen esos alcoholes y los otros vicios que queman? Los traen los adictos, claro. Como nos cuentan desde Chiang Mai, en la purificación en Doi Suthep los hombres llegaron con paquetes de tabaco a medias y botellas abiertas. Alguno le da el último tiento al licor de arroz antes de decirle adiós a su etílico romance.

Es como quien dice que va a dejar el tabaco mañana y aprovecha para ventilarse un par de paquetes. Pero el asunto es que nuestros amigos queman todos los vicios ante los monjes y salen purificados. Lo celebran con una comida todos juntos. Eso sí, sin vino en la mesa ni el cigarrito de después.

 

Siam y ese vicio tan familiar

 

policía turística pattaya

Un voluntario de la policía turística en Pattaya ojea el menú de uno de los bares de tan paradisíaco lugar de vacaciones. Foto: Duncan Forgan.

Nuestros muchachos que el viernes se deshicieron de sus adicciones en la hoguera de Chiang Mai lo tuvieron fácil para no caer en la tentación al día siguiente. En la celebración del aniversario del Rey no se puede beber en Tailandia. No se vende alcohol y hay que hacer malabares para encontrar restaurantes donde te pongan al menos una cerveza.

Normalmente, en los días de ley seca se puede encontrar bebida en bares internacionales o donde la policía no mira. Pero no en la mayoría de lugares. Aunque esta prohibición contra el alcohol es más férrea en los días previos a elecciones -no vayas a llegar borracho al colegio electoral- y en las fechas budistas.

Porque Tailandia es un país muy tradicional, anquilosado en el respeto a la familia. O eso dicen. Recordarán que el bueno de Prayuth Chan-ocha, primer ministro no electo, quiere refundar el país bajo los ejes del nacionalismo, la religión y la monarquía. Sin darle opción al vicio.

No sé qué pensaría de ello Manuel Vázquez Montalbán al relatar los vicios de la capital siamesa en su obra Los pájaros de Bangkok. Tras sus detalladas descripciones de todo lo que comía, el barcelonés narraba con cariño su experiencia en los ping-pong show. Y yo recuerdo al escritor cuando me ofrecen el popular espectáculo de mesa siamés.

Muchos de los que llegan de paso a este país piensan que los occidentales somos unos macabros por participar en los vicios que ofrece este país. O en sus espectáculos más grotescos. Como cuando sostienes un globo con una mano y notas que estalla tras impactar con el dardo que lanza una dama en pelotas. Con la cerbatana pegada a su entrepierna.

Sin embargo, los mayores viciosos en este país no somos los occidentales. Vale, los hombres de Siam no dicen que se van a jugar a pádel con los amigos y acaban practicando su saque con pelotas rebosantes de flujo disparadas por una vagina. Pero les encanta llegar a casa duchados y perfumados.

Chuwit Kamolsivit

El político Chuwit Kamolsivit disfruta de uno de sus baños-masaje. El negocio que le hizo millonario y logró que se lanzase a la política.

Si el sexo es de los negocios más provechosos en el mundo, en Tailandia le han sacado partido como en ningún sitio. Y a la bebida también.

A veces, cuando estoy en países como Vietnam o Camboya y tomo cervezas por medio dólar, me alegro de que en Tailandia una caña pueda costar tres veces más. Si tantos motoristas ya van como las cabras a las seis de la tarde, no quiero imaginarme si pudiesen doblar la dosis etílica.

No soy yo un tipo que diga que haya que ponerle freno a los vicios, al menos mientras no se haga daño a nadie. Para eso ya están los confesionarios en las iglesias. Pero si no controlas con tus adicciones, este país es el menos recomendado. Según por dónde vayas, puede ser un reino del vicio.

Y si no nos importa vivir con el vicio, siempre nos quedará la hoguera de Javier Krahe. No significa que tengas que perder la cabeza, hasta él tenía sus reservas. No le gustaban las casas de putas. Cuenta Joaquín Sabina que, en su gira juntos con La Mandrágora, el grande de Krahe se enfadaba cuando había que ir al prostíbulo. No era amigo de lo del previo pago. Al final de la gira, se había hecho amigo de todas las chicas de las carreteras de media España y se había gastado sus ahorros invitándoles a copas. Pero de subir arriba nada.

Eso explica por qué el cantautor decía a los cuatro vientos aquello de “no todo va a ser follar”. Pero, claro, no conocía Tailandia. Aquí la misma chica que se hubiese topado en un karaoke de carretera se la podría haber encontrado días más tarde en la ceremonia de purificación contra adicciones. Que las jóvenes que se dedican a la consumación son, ante todo, muy religiosas.

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3 comentarios

  1. Aaron dice:

    Suena como a una canción de Brujeria – Pititis te invoco……… jejejeje
    Pero dime una cosa de verdad se purifican en un país sexualmente abierto y donde hay mucha fiesta y licor. Realmente mas bien creo que cada quien debe llevar su propio equilibrio en un país como Tailandia. Pero usted lo explica bastante bien, en el ultimo párrafo donde las thais podrían participar de un ritual asi y por alli mismo se van a un karaoke y además cuando realmente existen rituales de tatuajes de mujeres arañas y todo eso, mas bien parece un ritual para aquellos varones que tiene esposas y todavía pues bueno no han dejado la farra…….. jajajaj Que jodida vida debe ser casarse en un país como este con tantas buenorras por allí con ganas. Pero al final creo que es buena idea, si hay felicidad y Rituales para dejar una marca arañosa con buen sabor.

    • Aquí muchos hombres casados siguen haciendo de las suyas y les da igual tener familia. El ritual les sirve para justificarse y todo eso, pero seguro que muchos vuelven a las andadas al poco tiempo. Al fin y al cabo, aquí todo ha de tener brujería, rituales y lo que haga falta.

      A mí me recuerda a la película ‘Don Jon’, donde el protagonista cada domingo se confesaba en la iglesia para poder seguir pecando el resto de la semana. Lo importante es pasarlo bien 🙂

  2. Aaron dice:

    El Don Juan……. jajajaj que buena fabula. Bueno realmente pienso que si una oración o ritual no es para pasarla bien o estar feliz y tener libertad, entonces no vale la pena. Te cuento amigo que antes de conocer al Buda, mi vida estaba rodeada de muchos rezos y rituales que invocaban un poder absoluto, una vida muy seca y rigida, estuve en grupos evangélicos,mesiánicos, judaísmo, catolicismo y solo me faltaba el Islam, pero al final me aburrí de todas estas corrientes monoteístas, que realmente invocan un poder absoluto de obstaculizar algún otro camino diferente al que ellos invocan, con excepción del catolicismo que su era de inquisición es del pasado, Creo que las personas necesitan personas, y en la búsqueda buscan un lugar similar para poder avanzar. De eso se trata la oración, la oración o la meditación es la cultivación interna que debe traer resultados en el exterior, cualquier meta se procesa primero en el interior. Por que todo es mente y espíritu. Cualquier cosa que hagamos se procesa en el interior primero. Eso es el Budismo cultivación interior mediante la meditación. Pienso que cada oración sirve para algo. Realmente ninguna oración me ha hecho sentirme mejor que las budistas. Tiene un proceso diferente, no es rígida, ni extrema por que no invoca un poder absoluto, si no que se siente una meditación o cultivación mas abierta a cualquier cosa, creo que los Tailandeses lo sentirán así. Seamos honesto al principio nuestros ancestros solo querían controlar el mundo completo con la oración que nos han enseñado. Ellos no creen en libertad realmente. El budismo siempre fue mas ligero en este sentido, no lleva mucho peso por controlar.

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