La historia nacionalista y ‘a machete’ de Siam
La historia de Tailandia es una historia a machete. Sin camiseta y machete en mano. Y teniendo en cuenta cómo los siameses entraban hasta la cocina en poblados enemigos, seguro que la otra mano la reservaban para otro tipo de arma. Así se entiende que las mujeres de Siam usen el machete precisamente para rebanar esa otra pistola que cuelga de las entrepiernas de sus maridos.
Y sin embargo, también a machete se enseña la historia de Tailandia en las escuelas y a través de otros medios. Primero porque a machetazos eliminan quienes adoctrinan aquello que no gusta. Pero también porque la meten con calzador y a machete en cualquier lugar con tal de fomentar algo que en Asia funciona y muy bien: El nacionalismo y un amor a la patria exagerado.
Es bonita la historia de Siam. Aunque la cuenten como les dé la gana. Quizás porque éste era un territorio vital hace algo menos de mil años en el Sureste Asiático. Aquí estaba la acción cuando Europa aún no había partido hacia América y su población menguaba a causa de las epidemias de pestes y del avance de los mongoles de Gengis Kan. Mientras Occidente se refugiaba, era en esta parte del mundo es donde se repartía estopa.
El turno de los tailandeses llegó un poco más tarde, después de la caída del imperio de los jemeres. Tras saquear Angkor, Siam empezó a enzarzarse en cualquier ocasión con Birmania y Laos, siendo muy normal que alguno de los territorios de la zona enviase a sus tropas de vez en cuando a ver si podían controlar a los rivales. Y cuando hablamos de tropas, nos referimos a un montón de tipos en calzones y con machetes.
De todas estas historias que se desarrollaron cuando España se topaba de pura chiripa con un continente desconocido, en Tailandia gusta particularmente la época en que gobernó el rey Naresuan. El héroe histórico de Siam. Un mito para todos los tailandeses que da nombre a universidades, monumentos, parques o museos. Y también el icono de una cuestionable saga de películas -dicen- históricas.
“Son películas para que los tailandeses amen a su país”, es la frase que se suele escuchar. “Ya… pero yo he leído mucho acerca de su historia y en la dramatización no es que se hayan tomado licencias, sino que se han pegado un festín como en Gladiator“, me quejo yo. La respuesta que me dan es siempre la misma: “Pero es que así la gente es más feliz y ama más al país”. Para la mayoría de siameses, la difusión de la historia de Tailandia depende de esta clase de cine.
Así se entiende que, durante el estreno de la quinta parte de The Legend of King Naresuan, en mitad del golpe de Estado, el gobierno del general Prayuth decidiese oportuno regalar entradas de cine para que fuese gratis disfrutar de la película. ¿Qué motivo dieron para regalar cine? “Ensalzar el patriotismo y hacer a la gente feliz”.
Nada mejor en mitad del clima político que demostrarle al pueblo una vez más que viven en el mejor país posible y que su historia es notable. Aunque los historiadores tilden a estas películas de pura ficción. Pero parece que funciona, ya que incluso hacen sus encuestas, que dicen que más del 98% de quienes vieron la cinta están orgullosos del legado de Naresuan y de haber nacido en Siam.
No comparto su pasión patriótica y su nacionalismo. Tampoco en mi tierra. Y de ello ya hablaremos en otra ocasión. Pero sí que suscribo que el bueno del rey Naresuan era un sujeto que los tenía bien puestos. El de verdad, por supuesto, no el que sale en las películas.
¿Quién es Naresuan, el icono de la historia de Tailandia?
Empecé a leer sobre Naresuan poco antes de mudarme a esta parte del mundo. Me topé con un libro que hacía un recorrido por la historia del Muay Thai y le dedicaba dos capítulos enteros al que fue el rey tailandés que más hizo por el arte marcial del país. Me gustó aquello y seguí investigando por un personaje histórico al que se le ha dado mucha ficción pero que sin duda es alguien de película. Su historia realmente me fascina.
Corría la segunda mitad del siglo XVI cuando Tailandia no se llamaba Tailandia, sino Siam, y eran varios los reyes que gobernaban el lugar. Ya entonces, el reinado principal era el de Ayuthaya, capital anterior a Bangkok. Y en mitad de las disputas entre los distintos territorios, Birmania -que entonces se llamaba el imperio de Toungoo- entró en Siam con sus muchachos, también en gallumbos y con machetes, y conquistó los reinos tailandeses.
El Sureste Asiático vivía por y para la guerra entre sus vecinos y los birmanos de Toungoo, en un intento de asentar su ocupación en Siam, tuvieron la idea de tomar como rehenes a los primogénitos y descendientes de los reyes, entre ellos al príncipe Naresuan, hijo del monarca de Phitsanulok. Se llevaron al heredero al trono siamés a Pegu, principal reino birmano de la época.
Curiosa acción la de llevar como rehenes a los futuros reyes de los territorios enemigos, porque no los encerraban en una oscura mazmorra. Sino que a Naresuan y el resto de nobles siameses les mantenían sus títulos nobiliarios. Así que Naresuan fue tratado como un futuro rey con todos los derechos. La idea del imperio de Toungoo era que el joven príncipe estuviese siempre agradecido a los birmanos y convirtiese a Siam en la putita de Pegu. El plan salió todo lo mal que pudo.
En la adolescencia, y tras aprender estrategia bélica y combate cuerpo a cuerpo de mano del enemigo, Naresuan escapó de Pegu y regresó a la tierra que lo vio nacer. A partir de ahí, inició campañas bélicas contra los que habían sido sus benefactores, ganando casi todas.
Nunca el reino de Siam fue tan grande como cuando él mandaba, si bien se atascó en Vientiane y no pudo conquistar Laos, país que no era su enemigo, pero que, ya que estaban, había que invadirlo. Era lo que estaba de moda en aquella época. Ir en gallumbos invadiendo reinos vecinos.
Por supuesto, la propaganda histórica tailandesa ha enaltecido la leyenda de Naresuan y se han obviado sus imperfecciones que le hacían humano. Como una dependencia exagerada de chamanes y hechiceros de magia negra a quienes pedía consulta. Sólo se habla de que amaba tanto a Siam que era como un Dios que arrasaba todo a su paso.
Es cierto que barrió a los birmanos. Pero no fue su fe en Siam ni el amor por la patria. Sino su forma de combatir gracias a lo aprendido en Pegu. Ahí es donde Naresuan destacó como estratega, comandante y luchador. Porque, según dicen los historiadores que parecen más imparciales, la manera de batallar de Naresuan no era al estilo tailandés. Sino que guerreaba como un birmano.
Conocía sus tácticas y las aplicó contra ellos. Entrenó a sus guerreros como los enemigos entrenaban a los suyos. Y lo que a mí más me llamó la atención: Puso cimientos para que se desarrollase el noble arte del Muay Boran, la disciplina que serviría de germen para lo que hoy en día es el boxeo tailandés.
Todo eso, claro está, no se dice en las películas de Naresuan ni en muchos de los libros e historias que están más al alcance de quienes han de creer en la leyenda. ¿El héroe de Siam batallando como un birmano?
Peor aún. En muchos casos, peleando como un portugués. Porque en el imperio de Toungoo, pocos años antes de la llegada de Naresuan, durante un conflicto bélico se inmiscuyeron un grupo de 700 portugueses que habían llegado a través de la India a Birmania. Los europeos fueron clave para derrocar a los enemigos de Pegu y además les enseñaron su forma de pelear cuerpo a cuerpo.
Eso significaría que el amigo Naresuan desarrolló su idea del Muay Thai con influencias farang que procedían de los antecesores de Cristiano Ronaldo. Quién lo iba a decir.
A Naresuan se le conoce por estos lares como Naresuan el Grande, igual que a Alejandro en sus dominios. Vivió 50 años y nadie sabe bien de qué murió. Hay una serie de estudios birmanos que dicen acabó retirándose al norte de Chiang Mai, donde acabó con su vida la viruela, enfermedad ya extinta que, igual que la peste en Europa, era la peor epidemia de la zona.
Naresuan en el cine
El proyecto de llevar a Naresuan al cine en Tailadia fue la hazaña más grande en la que se embarcó la industria siamesa. Y es que la oficina de Bangkok no goza del capital, la experiencia o la brillantez de las grandes del cine en Asia, como Hong Kong o Corea. Películas en Tailandia se hacen muchas, más que en España, pero al igual que sus culebrones, tienen presupuestos ajustados.
En el caso de la saga de Naresuan, el esfuerzo fue mucho mayor. El Gobierno metió mano y quería mostrar la grandeza del Rey con más nombre en la dinastía antigua de Siam. No se pensó como un documento cinematográfico. Sino como una forma de nacionalismo y un intento de fomentar el patriotismo. Las cintas de Baan Rajan o Suriyothai habían hecho algo similar.
Para llevar la figura de Naresuan al cine, parece ser que no quisieron fijarse en lo que Oliver Stone hizo con el otro Grande en Alexander -si bien contrarió a muchos historiadores, el director trató de ser fiel-, sino inspirarse en cintas como Gladiator, que son un gran divertimento pero se mean en la memoria histórica.
La primera película de Naresuan cuenta la leyenda del príncipe en sus años de infancia. Tiempo del que no se tiene una sola referencia histórica, pero que se imaginó una historia adecuada a la leyenda que es el hombre. Ya en sus ocho años el futuro monarca es justo, muy patriota y logra que todo el mundo se postre ante él.
A mí me hace gracia que la película copia a clásicos como Scaramouche. El monje que enseña lucha al futuro rey cuando es un niño dice exactamente una de las frases de la mítica película de la revolución francesa, la que compara a la espada como un pajarillo a quien con mucha fuerza se puede estrangular y con poca se le deja escapar. Curioso que en Francia y en Birmania se enseñase lo mismo en materia de espadas. Aún cuando unos llevaban florete y otros machete.
Sobre las técnicas de combate portugués, ni una palabra. Tampoco en las películas se osa decir que Naresuan peleaba como un birmano. Y sobre la importancia que el Rey le dio al Muay Thai y cómo lo popularizó, tan sólo una pequeña escena al principio de la segunda parte. La saga de Naresuan me entretiene a veces y me aburre en otras. No deja de ser un espectáculo visual demasiado forzado.
Lo que no es tan bonito es que esta película está pensada no como entretenimiento, sino como una forma de explicar a los tailandeses por qué su reino es tan grande y de paso fomentar el orgullo nacional. A la vez que encabrita a sus vecinos y crea más odio entre ellos. No se llevan bien los tailandeses con ninguno de los países con los que hace frontera. En parte por este nacionalismo.
Cine patriota y controversia vecinal
Viendo las dos primeras entregas de Naresuan, al menos hay que defender que la intentona no es ofensiva del todo con el legado de Toungoo la Birmania de aquella época. Incluso los propios birmanos las defendieron. Y sin embargo, lo del cine histórico tailandés siempre ha sufrido bastante controversia.
La manera de contar la historia de Tailandia desde su punto de vista puede parecer insultante a los demás. Porque, en muchas ocasiones, se ha ofendido a los vecinos del Sureste Asiático. Baan Rajan fue uno de los ejemplos en los que una historia de guerra entre Siam y Birmania puede contarse de una forma que puede resultar insultante para los del otro lado.
El caso más extremo fue el de la película que iba a contar la historia de Thao Suranaree, una heroína de la historia tailandesa que protagonizó la resistencia contra una invasión procedente de Laos. La película nunca llegó a ver la luz. Los hechos que se narraban en el guión fueron vistos con muy malos ojos por el Gobierno laosiano. Y se pidió la cancelación de la película, amenazando con romper relaciones diplomáticas.
Porque si bien los enemigos históricos de Tailandia fueron Birmania, Camboya y en tiempos más recientes Vietnam, con Laos nunca se llevaron tan bien como muchos creen. Ellos hablan la misma lengua que las gentes de Isaan y comparten cultura y gastronomía, pero Laos siempre se ha sentido amenazado por Tailandia.
La historia de la película que acabó cancelándose narraba una invasión militar fallida por parte de Laos. Un tema muy delicado como serían los hechos de Nanking entre China y Japón. Desde que aquello ocurrió, el cine siamés se anda con más ojo a la hora de seleccionar qué historias recrear.
Con la saga de Naresuan se ha hecho algo muy propio en Tailandia cuando desean que nadie sepa mucho de lo que cuentan en sus películas. Si bien las dos primeras llegaron subtituladas, tercera y cuarta entrega salieron al mercado doméstico sin subtítulos. Con tal de que los fans no los tradujesen, ni siquiera existen en tailandés para sordos. Que se la pierdan aquellos con problemas de audición es un mal menor con tal de que los extranjeros no puedan entender lo que se dice.
Esto, que parece una tontería, es algo que a veces ocurre en la industria cinematográfica de Tailandia. Nos encontramos con películas importantes que no tienen subtítulos. Y ya puedes buscar en Internet, que no los vas a encontrar. La única forma de verlas subtituladas es en el cine. Así que quien no quiera dejar de entender la quinta entrega, mejor se vaya estos días al cine.
Una anécdota ideal es que otra película que no tiene subtítulos y que así se ha evitado que la vean otros extranjeros es la comedia de 2011 White Buffalo. La cinta trata el caso de las mujeres de Isaan que se casan con farangs, mientras que los protagonistas han de evitar que eso ocurra. Entre chistes jocosos contra los extranjeros y defendiendo la piel y la nacionalidad tailandesa.
Porque la historia de Tailandia y su educación están enfocadas a ensalzar el espíritu nacional y el patriotismo. Es algo muy habitual en Asia, pero peculiar en Siam, donde la mezcla con Occidente es latente. Aunque en situaciones extremas, como un accidente de tráfico donde se impliquen víctimas tailandesas y extranjeras, o una pelea entre dos personas, los tailandeses siempre van a tener claro a quien han de ayudar. Sin importar motivos. Al fin y al cabo, ¿no es lo que hizo Naresuan al enfrentarse a Birmania pese a haber recibido todo del país vecino? Y para todos aquellos que queráis ver lo que queda de la historia del buen Naresuan, siempre podéis hacer un tour en Ayutthaya con nuestros amigos de Nice Experience, agencia de viajes local de plena confianza para Bangkok: Bizarro.
“Los tailandeses siempre van a tener claro a quien han de ayudar”. Esa frase es una de las primeras cosas que aprendi de Tailandia. Esa y que nunca te metas en una pelea de pareja tailandesa aunque el novio le este dando hasta en el carnet de identidad. Hasta cobraras leches de la policia…:S
Si en público se pelean un tailandés y un extranjero, todos los tailandeses que pasen cerca se acercarán y ayudarán al ‘hermano’ tailandés. Se parará el taxista, el motorista que estaba de paso también, y hasta el de la tienda de fideos dejará su cocina para, entre todos, demostrarle al extranjero que no se pueden meter con uno de los suyos. Si luego la situación real era que el extranjero no tenía culpa, da igual. Son hermanos y se han de defender, tengan la razón o no.
Justo ha “caido” tu articulo en mis manos cuando estoy leyendo un libro de la historia de Birmania (The River of Lost Footsteps) contada por un birmano que reside en EEUU desde hace años. Resulta curioso pq afirma que después del saqueo de Ayutthaya en 1767, el imperio por el que no se ponia el Sol en el SEA era el birmano, con sus garras extendiendose desde los Himalayas hasta los confines de la península de Malasia. El reino o corte de Ava o Amarapura, la ciudad inmortal, cerca de Mandalay, hoy dia uno de los lugares de casi obligada visita por el famoso puente sobre el Irrawaddy.
En fin que asi va el tema por estos lares, ahora te digo que yo habiendo vivido en Tailandia y habiendo sido testigo de ese exacerbado y hasta casi insultante nacionalismo/idiotismo, me creo mas la versión birmana que la thai, no se por qué…
Buen post
Abrazo!
Ah y por cierto, en Burma llamaban Bayingyi a los farangs, curioso no? Parece que el termino viene del arabismo feringhi (este si que se parece más a farang) y que los birmanos comenzaron a pronunciarlo de forma incorrecta como “Frank”, debido a que este parece se que era el nombre más común de los cruzados de la época que un poco locos o perdidos se dejaban arrastrar hasta este rincón del mundo. De “Frank” a Farang la verdad hay un paso, a lo mejor fue al ilustre Naresuan al que se le pegó cuando le llevaron a la corte birmana en cautividad y después de ahí llegó de nuevo a Siam, quien sabe…
Veo que estás muy interesado en Birmania, Iñaki. Me leí hace unos días, por cierto, tu artículo sobre ‘The Glass Palace’, imagino que en parte de ahí parte tu interés.
Yo también me creo un poquito más la versión birmana, aunque los autores que no son de la zona dicen que iban parejos. Antes de Naresuan, sin duda que los birmanos los tenían arrinconados. Y creo que nadie duda que Ayuthaya es un imperio que se formó gracias al saqueo de los restos de Angkor. Por cierto, como eso ya queda más lejano y la propaganda histórica no existe en Camboya, muy pocos hablan de Angkor…
El nacionalismo es crítico en Tailandia, de eso no hay duda y es una pena. Porque es una buena forma que tienen los aquí poderosos de controlar al personal, haciéndoles creer que son el pueblo elegido. ¡Saludos!
Patriotismo y Nacionalidad………………. Bueno creo que si yo hubiera nacido allí, quizás en muchas cosas pensaría como ellos. Pero ahora que estoy enterado que en una guerra de parejas mejor ni meterse a defender al que le están sacando la shit, pues a la mierda, mejor seguir caminando o no hacer nada. El Rey Naresuan parece tener una gran historia en el país de Siam. Una pregunta Luis el Muay Boran, es lo mismo que el Muay Thai, dicen que es el arte marcial ancestral Tailandés, existió primero que el Muay Thai, pero tiene muchas técnicas similares.
Coño de solo pensar en esa época donde las guerras eran de cuerpo a cuerpo. Esto si debió haber sido una gran sacadera de mierda. A veces me recuerdo de una escena de Ong Bak, donde Tony Jaa pelea de día y de noche y hasta el día siguiente encadenado. Que brutalidad mas grande, pero realmente así eran las guerras en esa época y en todos lados.
Saludos, Luis
Pues sí, el Rey Naresuan tuvo una gran historia aquí, en Siam. Por eso se han hecho las películas, aunque no respeten en nada a la realidad del país. Otro Rey muy recordado, además de reformista y con visión de futuro, fue Chulalongkorn, mucho más contemporáneo.
El Muay Boran es el arte marcial tailandés antiguo, claro. Pensado para la lucha y para la guerra, y por supuesto que existió mucho antes que el Muay Thai. Al fin y al cabo, el Muay Thai es la versión deportiva de combate del Boran y es muchísimo más joven. El Boran es más completo y los golpes están pensados para derribar al adversario y hacer daño, como en el Kung Fu. Es un arte ancestral de batalla, muy usada por los guerreros de Siam.
El Muay Thai no es más que el boxeo tailandés, con sus reglas y sus prohibiciones deportivas para que sea un espectáculo y nadie salga muy mal parado. Y sí, imagina las guerras de aquella época… Sin prácticamente ninguna tecnología y con unos cuantos elefantes y espadas. Los siameses eran muy fieros, eso lo recuerdan todos en el Sureste.
Si realmente Tailandia se ve mejor parado que sus antiguos enemigos. El país se ve mas desarrollado y con mejores estructuras. Ese arte marcial Muay Boran debió haber sido una cosa muy seria en combate capaz de derribar a cualquiera , por que realmente el país se ve muy bien y parece ser un gran orgullo por no ser un país conquistado por nadie. En si esta parte de la historia me gusta, ya que ofrece una cultura distinta a lo que uno esta acostumbrado a ver y esto es la parte atractiva de un país. No me imagino un mundo donde todos seamos iguales con una misma religión, cultura,gastronomía etc. Coño este mundo seria el mas aburrido de todos para vivir, si esto pasara creo que me tiro del puente abajo. Por que ya pa que andar por aquí si no hay nada que ver y todo es la misma mierda. Para mi seria un mundo sin sentido y sin razón de explorar. Creo que Tailandia es como un país de esos que hacen sentir que estas en un planeta totalmente nuevo y creo que uno va a Tailandia y uno se vuelve nuevo por que el país es algo nuevo.
Ahora entiendo porque para un extranjero es imposible ganar una pelea de Muay Thai por puntos peleando en Tailandia contra un “local”.
Y que pasa con las mujeres??
Con las mujeres guerreras??
Porque damos mal augurio?
Quien dijo eso??
Tanto miedo damos??
Muchas gracias