El país reconocido por ser ‘el Apple de la prostitución’
Tailandia ya no es aquel paraíso de los sueños húmedos del turista que viaja polla en mano. A los bares les cuesta encontrar a chicas con ganas de enseñar el culo y los hombretones de redondos ojos lamentan que las mozuelas bajan la bandera a partir de los 3.000 bahts. Hasta en Pattaya cierran tugurios, esperando atraer a familias de abultado capital y no a extranjeros con bultos inflados de Viagra.
Son cosas del progreso, si bien la industria del sexo en Tailandia sigue a toda máquina. Primero, porque el mayor consumidor no es el que viene de lejanas tierras, sino el hombre tailandés. Pero sobre todo porque, en Asia, el oficio más viejo del mundo no tiene nada que ver culturalmente con la concepción que se tiene en Occidente de él.
Sólo así se comprende que Tailandia sea un lugar donde los occidentales se enamoren de meretrices. ¿Qué tiene el país para que un tipo sensato forme una familia con una mujer que le cobró el primer polvo y los siguientes? Una estampa muy curiosa, sobre todo cuando ellos mismos afirman que jamás harían algo así en sus tierras.
Algo tienen las mozas de alquiler para que cada noche muchos se enamoren al calor de las luces rojas, buscando compañera entre las que ofrecen servicios que no pagan impuestos. Algunos dicen que es la femineidad de la mujer asiática lo que les atrapa. Otros, la cultura sumisa de muchas de ellas -nada más faltaría cuando hay que aflojar la billetera-, e incluso lo poco que les duele la cabeza a la hora de meterse en la cama.
Sin embargo, yo creo que todo eso es secundario. El embriagamiento que producen las putas en Tailandia es, en mi opinión, una cuestión de imagen y diseño. Del envoltorio y de la forma en que se lo venden al cliente. Si el mercado del sexo fuese comparable al de la tecnología, Tailandia sería la Apple de las putas. Sólo que a precios populares.
La sordidez convertida en atracción
La imagen del negocio de saldo y esquina en Europa puede resumirse con un calificativo: Sórdida. Al menos, la que está al alcance de cualquier hijo de vecino. Los locales huelen mal y lucen peor, las chicas distan demasiado de ser encantadoras y las normas de cualquier club estrictas. En media hora fuera, y con cien euros menos.
Y todo eso sin hablar del fantasma de la trata de blancas y los remordimientos que le dan a cualquier fulano al imaginar que puede estar contribuyendo a la esclavitud del siglo XXI.
La estampa de un puticlub en España no anima. A un novato le hacen elegir entre un plantel de extranjeras antipáticas, sube a una habitación de paredes desconchadas pintadas de rosa y la elegida, en lugar de hablarle cariñosamente, le escupe que “primero hay que lavarse las pelotas en el orinal sucio de plástico o no se folla”.
Normal que así a un recién llegado en la escena putera de España no le satisfaga quemar uno o dos días de salario en media hora.
Ante este panorama, resulta complicado enamorarse de la que te obliga a acuclillarte en al orinal. Si la industria del sexo en Europa quiere crecer, necesitan de un Steve Jobs del submundo. Alguien que le dé un lavado de imagen y haga que pase de ser algo de lo que avergonzarse al objeto de deseo. Lo que ocurre en Tailandia, vamos.
Porque en esta parte del mundo todo funciona diferente. Las chicas son serviciales, le dicen a sus clientes que los desean, e incluso que los aman. Hasta en los garitos más descarados se habla de amor. Y a veces se esquiva hablar del pago por sexo. El desembolso, se asume, es una compensación para la chica por pasar su tiempo con alguien que ella, igualmente, dice desear.
Ese juego de apariencias es lo que enamora a los extranjeros, sobre todo a aquellos que vienen escaldados del amor en sus tierras. La prostitución se camufla de conquista y el sexo de pago es maquillado con pasión. A partir de ahí, llegan las excusas. “Ella no quiere trabajar en el bar, se ha visto obligada”. Y los caballeros andantes de ojos redondos, blandiendo sus copas, se encomiendan al rescate a sus doncellas. Como Don Quijote y su Dulcinea.
Por supuesto, igual que a Apple le crecen los enanos cuando se descubre que para crear sus piezas de artesanía tecnológica hay unos cuantos miles de asiáticos esclavizados en fábricas como las de FoxConn, en la prostitución siamesa no es rosa todo neón que reluce.
Ni todas las chicas están deseando que las rescate un quijotesco hombre en chanclas y camiseta con el logo de Chang, como tampoco se puede esperar amor a la primera de cambio si lo primero que haces es pagar.
¿Esclavitud laboral o negocio formal?
Prostitución es lo de los bares de Bangkok y también lo de los urinales en España. Porque eso es lo que significa abrir la puerta a cambio de dinero. Sin embargo, existen matices. Primero de todo, porque esta es la cara oriental del mundo y precisamente el Sureste Asiático tiene una visión muy particular del romance de alquiler por horas.
El gran problema de la prostitución en el mundo es la esclavitud. El que una persona tenga que hacer algo contra su propia voluntad para poder seguir comiendo. Y sólo un descerebrado -aunque de esos hay muchos- se metería en la cama con alguien sabiendo que la muchacha está siendo forzada contra su voluntad.
Sin embargo, decir que todo servicio de compañía es forzado y convierte al que cobra en mercancía es cegarse en la católica moral europea. Prostitución no siempre ha de significar esclavitud. Y lo que se encuentra en algunos de los bares de Tailandia es bastante ambiguo.
A los medios de comunicación occidentales -y en esto los españoles sacan matrícula- les encanta dar carnaza a sus espectadores. Nada como unas imágenes de los prostibulos de Pattaya, Phuket o Bangkok para poder menospreciar a una cultura ajena y, de paso, criticar a los que se pasan por allí.
Donde no suelen acertar es que, de toda la prostitución que existe en Tailandia, se van a fijar precisamente en quizás la que menos esclavitud conlleva. Que es la que se concentra para el público extranjero. Sin duda, las que allí están enseñando el culo vienen de las zonas pobres del país. Pero no existe la forma habitual de trata de personas en Nana, Soi Cowboy o el resto de barrios rojos.
Es más, la intención de muchas de estas jóvenes es, además de hacer dinero rápido, intentar cazar a un hombretón de redondos ojos. Ya sea para sacarle dinero de buenas a primeras o para tenerlo de novio y convertirse en una mantenida. No es nada nuevo.
¿Dónde está la esclavitud y la trata? El funcionamiento de los bares en Bangkok para extranjeros, para quien no lo sepa, no es como en los puticlubs occidentales. La chica baila en el bar o pasea por allí y su función es que el cliente beba y le invite a copas a ella. Si luego él quiere irse con alguna, ha de pagar al bar por llevarla a su hotel.
El proceso tradicional de la trata no existe en estos casos. La bar girl -odian que las llamen putas- se va con el extranjero a su hotel, a veces hasta el día siguiente, y no está vigilada. No ha tenido que hacer tratos con nadie para ir a Bangkok, fue por su propio pie en autobús por menos de diez euros. Durante el día, la chica -o el chico, que también los hay- hace lo que quiere, elige dónde vive y deja de ir al bar cuando tiene a algún extranjero que la mantiene. Si ya hablamos de las que funcionan por su cuenta, las arañas, el asunto es aún más difuso.
Debido a ello, a esa visión casi benevolente, tenemos luego la otra cara de la moneda. Los que justifican la prostitución siamesa diciendo que es “como un trabajo”. Donde la chica elige la vía fácil para hacer dinero, ya que los trabajos mal pagados no le convencen.
Muchos de ellos suspiran porque los pobres sigan siendo muy pobres en Tailandia para que nunca falte el sexo barato. Y se justifican alegando que las jóvenes tienen alternativas, ya que el paro es casi inexistente. “La que está en el bar es porque quiere”. Vale, en parte es cierto, pero con demasiados matices.
No creo que sea un motivo de orgullo para el país que tantísimas jóvenes prefieran poner el culo antes que buscarse la vida de otra forma. Y si bien no hay trata en estos casos, las consecuencias para las que no son espabiladas son desastrosas. Drogadicción y violencia a la primera de cambio. Además de un futuro bastante negro si no llega un farang salvador.
Asimismo, en familias muy pobres hay chicas a las que se las invita a que vayan a mover el culo delante de los extranjeros, sin tapujos luego para poner la mano.
Es un problema estructural del país, y el día en que en Tailandia existan mejores alternativas para las mujeres de saldo y esquina que fábricas donde se ganan 200 euros al mes lo celebraré. Sin embargo, no hay que olvidar que muchas de ellas, ahora mismo, lo que quieren es estar en el bar.
Es una vía rápida, y el problema es de educación. Cobrar o pagar por sexo no se mira con muy malos ojos en esta parte del mundo, por mucho que les cueste entender a muchos extranjeros. Igual que en Japón hay tantas adolescentes que se acuestan con hombres que les doblan la edad para poder comprarse un bolso de Chanel.
Sin embargo, lo que los extranjeros de paso ven es tan sólo la punta del iceberg en la prostitución tailandesa, y a veces la cara más benévola. En Asia se desarrollan dos terceras partes del tráfico de personas dedicado a la prostitución, y Tailandia es uno de los campeones en este aspecto. De ello trata Sara, la nueva película sensacionalista del hongkongués Herman Yau, que se estrena en mayo.
La trata en Tailandia es notable, y está donde los turistas no suelen verla. En los bares de arroz hervido, en las incontables tiendas de masajes, peluquerías, arroz hervido o manicura. Los clientes no son extranjeros, sino tailandeses. Y en las ciudades secundarias, las leyes aún se las pasan más por el forro.
Es en estos casos donde aún se abusa del tráfico de menores -que aún no ha sido del todo erradicado-, y donde jóvenes que no llegan a los 18 años son explotadas. En este caso, Tailandia copia a los países desarrollados de Europa y se nutre de la inmigración. Birmanas y camboyanas suelen estar en este mundo, pero sobre todo las jóvenes de Laos. La piel más clara de ellas apasiona a los tailandeses.
Aun así, las noticias que llegan a Europa suelen hablar siempre de Pattaya, “el mayor burdel del planeta”, o de las zonas calientes de Bangkok y Phuket. Nunca hablan de lo que ocurre en los lugares que, a veces, son cerrados por las autoridades.
El amor al calor de las luces rojas
Estoy escribiendo estas líneas porque algunos de vosotros me habéis contactado para pedirme que hable sobre tan manido tema. El tópico entre tópicos, más sobado en estos días porque en la prensa han vuelto a tirar de agenda y hablar de ello. Uno de los reportajes más conocidos, el que hizo El País en Isaan, hablando de las parejas mixtas.
La prostitución es sin duda parte del día a día de Tailandia. Mientras en público está prohibido besarse y en el tren aéreo es motivo para que los agentes de seguridad te echen a la calle, luego en esa calle ves sexo en cada esquina. Los tailandeses han desarrollado un sentido especial para evitar ver todo el sexo (de pago) que les rodea.
Las cifras más abultadas hablan de casi tres millones de personas en el sector de la prostitución. Eso, sumando a ladyboys, hombres y mujeres. Y desde los bares de Nana hasta las casas-prostíbulo, los clubes de caballeros, las casas de arroz hervido y algún arrozal. Son un buen pico de personas dedicadas al oficio más antiguo del mundo.
Sin embargo, no es suficiente para que siga alimentándose la idea de que “todas las tailandesas son putas”. El tópico más común en este país, dicen, de las sonrisas. Desde luego, si de turista sólo te mueves por la zona del bajo Sukhumvit, toda mujer que se acerque a hablar contigo estará en busca de tus divisas.
Y aun así, los propios bares afirman que cada día es más difícil encontrar a chicas que quieran trabajar bajo las luces rojas. Los extranjeros que son propietarios de estos tugurios afirman que antes tenían lista de espera, mientras que ahora les resulta complicado que les lleguen chicas. Muchas, cierto es, prefieren anunciarse en Internet. Pero el aumento del nivel de vida en el país también importa.
Así, es normal que cada vez me encuentre a más extranjeros que me dicen la ya habitual frase de “en Tailandia ya no se folla barato”. Son los mismos que ahora se van, y nunca mejor dicho, con el rabo entre las piernas hacia Camboya. O a Isaan.
Ahora, el tópico del “todas putas” se ha matizado en el reportaje de El País de arriba. Para alimentar el otro gran tópico, el que gusta a los tailandeses. Que los extranjeros sólo se casan con putas y que todas son de Isaan. Si bien lo que cuenta el periódico tiene mucho de cierto, parece que quiera reforzar esa idea como la única opción.
La mayoría de extranjeros casados con una tailandesa seguramente hayan elegido a una muchacha de Isaan. Eso no significa que ellas hayan tenido que dedicarse al bar antes. Ni siquiera que estén peladas de dinero.
Tailandesas casadas con extranjeros y que aportan más dinero que ellos he conocido a muchas. Muchachas que no quieren que sus amantes paguen nada porque no quieren ser confundidas con arañas, también. Eso sí, no las encontrarás en los beer bar ni tampoco se acercarán llamándote handsome man mientras paseas por Sukhumvit.
No es el caso de quienes quienes dicen que “todas las tailandesas te tratan como a un cajero automático”. Porque ellos suelen elegir a chicas que podrían ser sus hijas. Y las suelen sacar de los bares. ¿Qué se puede esperar ante algo así?
Si me preguntan, yo opino que quienes eligen a una mujer más joven y atractiva, esperando que ella se enamore de él porque ofrecen sustento económico, no pueden soñar con que ellas se enamoren. Superado eso, quienes elijan esta forma de vida están en su derecho. Y no son criticables, ya que son acuerdos entre dos personas adultas. Y nadie está en posición de juzgar a nadie.
Que no se enfaden si descubren que sus amadas se gastan su dinero en camelarse a jóvenes con los que disfrutar, porque ellas también tienen derecho a la vida. O si les exigen más dinero y gandulean todo el día. Si se entiende que es un intercambio material, todo está bien. Y todo lo demás es ruido.
Además de que, si bien suele salir mal en la mayoría de situaciones, a veces las relaciones de un extranjero con su chica del bar salen bien. Y bueno, a nadie se le puede negar una segunda oportunidad. Todo es posible, aunque historias como la de Same Same But Different no son tan habituales.
Eso sí, quienes busquen jugar en una liga menor y esperar que el amor les resulté fácil tras haber fracasado en Occidente, mucho cuidado. Porque si no fuiste capaz de lograr conectar con una pareja en tu país, ¿qué te hace pensar que lo podrás lograr aquí?
Antes de invitar a nadie a tu casa, debes limpiar la porquería que tengas dentro. Si no te ves bien y crees que encontrar una pareja te cuesta horrores por falta de gracia o imagen, no pienses que por ir a un país de menor renta el amor será más fácil. Lo que será es más barato, pero no por ello ha de ser sincero.
Considerarse incapaz de conquistar a la mujer de tus sueños en tu país y pensar que yendo a un lugar donde, por su situación económica, encontrar a una mujer que te ame puede ser más fácil porque pagas es trampear. Es como estar delante de la puerta sin la llave y hacer uso de la ganzúa para forzar la cerradura. Igual que ocurre con la coca, que se cuela en tus emociones y te regala una felicidad artificial. Con las consecuencias que luego comporta a medio plazo.
Como dicen los sajones, you get what you pay for. Y mientras sepas que por ahí van los tiros, todo estará bien. Sobre todo si se elige a la pareja en uno de los bares de la prostitución tailandesa al estilo pomposo de Apple. Además, las relaciones entre dos culturas diferentes son siempre difíciles y las parejas mixtas siempre tienen un buen puñado de escollos que no existen entre gentes de un mismo lugar.
Tras ver el polvo que ha levantado el artículo de El País en Isaan -sorprendente que la prensa tradicional aún siga siendo tan popular-, durante esta semana escribiré algo sobre Isaan. De donde vienen todas esas mujeres que, dicen, sueñan con enamorarse de hombres de ojos redondos. O no.
Buen articulo Luis. Estoy hasta casi convecido que el 80% de los farangs que viven o son habituales en Tailandia estan alli por “oscuros” motivos y no creo que sea por el tiempo ni por el acercamiento al budismo, si no, por lo que tienen entre las piernas, que no se me enfade nadie. Y es que las “nongs” parece que se estan poniendo caras. Solo es la sensacion que tengo de lo que leo y lo que hasta ahora he podido ver.
El articulo del Pais se me hace un intento de sensacionalismo, pues si bien es cierto que hay farang jubilado o separado que va a buscar alli lo que en occidente no encuentra (o no busca) habria que ver la estadistica, pues si te soy sincero, por aquellos lugares se me hace dificil encontrar a un ser de ojos redondos. Eso si, el que me encuentro es para salir corriendo jajaja
A la espera de tu articulo sobre Isaan que seguro sera fantastico!!! Que por cierto, a partir de abril estaremos toda la familia visitando a los suegros un par de meses. Si te apetece un dia charlar, avisame.
Saludos,
Al Tim le gusta mucho pavonearse en twitter. Recuerdo que hace un tiempo estuvo implicado en la paliza ( o creo que finalmente muerte ) de un farang. Se de él porque se dice que era el que le conseguia los “complementos” a Zyzz antes de que la palmase en una sauna :O. Un tipo muy siniestro.
Respecto a lo de Isaan, si lo ves plausible, a ver si puedes tambien arrojar luz sobre las “no pobres” pero beatas porfa, que esas creo que son peores que las arañas :S
Por cierto, la chica de la primera foto es ladyboy? Tengo que afinar el punto de mira para no llevarme sorpresas xD
La verdad, después de leer este artículo en el que estoy de acuerdo en algunas cosas y en desacuerdo en otras me pregunto, si te jactas de ligar “a pico y pala” y no te vas de putas, ¿como sabes todo eso?, si este artículo lo escribiera Herr Peter, por ejemplo seguramente sería muy distinto en muchos aspectos por lo que en realidad este artículo, en mi opinión, es solo un punto de vista más sobre el tema. Uno de tantos.
Un saludo
¡Fran! Claro, en abril si quieres nos conocemos. Avísame un poco antes y así hacemos una buena charla en Bangkok. Imagino que no estarás mucho tiempo por la capital, así que dime cuándo te va mejor. Seguro que tenemos buenas historias por contar 🙂
Es normal que todo se ponga más caro. Todo en Tailandia ha subido mucho de precio, dista de ser un lugar barato ya. Claro, comparado con Europa aún lo es y mucho, pero el dinero se va fácil. Y en los servicios que no pagan impuestos, más. No entre tailandeses, donde yo diría que todo más o menos se mantiene. Aunque salen más que nunca casos en prensa de redadas con mujeres de Laos en tugurios del noreste, seguramente no lo tengan fácil en ningún sitio.
En Isaan no es fácil encontrarse ‘rostros pálidos’. Algunos hay, pero no tantos como se venden en el artículo de El País. Yo suelo ir bastante y casi siempre lo hago solo, la última vez a finales del pasado año. Y la impresión que me da es que como no hables tailandés no vas a salir de centros comerciales y bares del centro. En Udon Thani es donde más americanos he encontrado siempre, por eso del pasado militar compartido. La última vez me junté con un grupito de ellos durante un día y, bueno, me enseñaron “su Udon Thani”.
Brain, ¿sigues a Tim? Es todo un personaje, el tópico de Pattaya anabolizado y pasado de vueltas. Siempre está metido en líos con la policía -hace poco acusado de narcotráfico por, seguramente, un tema de extorsión- y no tiene pelos en la lengua. Pertenece a otra época, eso sí. Pattaya, por mucho que le duela a demasiados, está cambiando mucho. Ahora parece más un destino de playa con un distrito rojo muy potente. Está invadido por la industria rusa, que se salta a la torera toda legislación local.
Luis, obviamente se trata de una realidad más, pero no de ‘La Realidad’, porque eso no existe. Cada uno tiene su punto de vista, y además este es un tema espinoso. No existe una ‘verdad’absoluta y menos en algo tan poco científico. Por eso, ya aviso que estoy mezclando opinión aquí y lo bueno es que cada uno pueda decir qué opina. ¡Saludos!
Claro que si, despues de dos semanas alli estare deseando bajar a Bangkok, si es para hablar con alguien que me entienda sera genial. Me pondre en contacto contigo.
Lo malo en Isaan, precisamente es eso, te acabas aburriendo, yo estare en NongKi, cerca, “a la tailandesa” de Korat, alli se habla isaan chapurreando Thai. Ingles algun funcionario o en algun centro comercial y en mi ultima visita de 28 dias solo vi un farang, encima ingles de esos grandotes cerveza en mano sin ningun interes.
Yo ni fumo ni bebo alcohol ni grito, asi que ya te puedes imaginar que a los locales les rompo el estereotipo 😀
Y bueno, españoles solo me he encontrado alguno en bangkok de pasada, ni uno en isaan. A veces me da cosa de ir por alli caminando, porque parezco la atraccion de los pueblos, como si no hubieran visto un occidental nunca… quiza sea cierto… por eso me sorprendio mucho el articulo del Pais donde parece que Isaan sea un hormiguero de occidentales a la caza de las preciosas morenazas semi Laosianas. Haberlos los habra.. ¿¿pero tantos??
Saludos,
¿El artículo es aplicable a las ladyboys? Es que es un tema que me preocupa. Deberías escribir un tutorial sobre cómo conquistar mujeres con manivela (:D). No sé… Es que me da la sensación (seguramente equivocada) de que todas fuman y se dedican a captar clientes en locales de lucecitas.
Pues yo diría que quien busca un romance de manivela siempre se refugia al calor de las lucecitas. Puede ser por un motivo práctico: la ladyboy que suele estar en un restaurante de camarera o en la peluquería carece de recursos y suele estar en un proceso poco avanzado de la mutación, así que muchos se piensan que ven a Manolo el del barrio con peluca. Mientras que las que cobran servicios sin impuestos tienen dinero para hormonas y operaciones. O más bien buscan dinero rápido para ello, no todas pueden ser como Nong Toom, pagando quirófanos con lo ganado pegando en el ring.
Luego está lo de la corta duración de las relaciones con una ladyboy. Como me dijo un amigo hace unos días, “cuando tenga 50 años no quiero que la que se siente en el sofá conmigo esté calva, tenga barriga y le crezca la barba, para eso ya estoy yo”. Vamos, que muchos buscan el revolcón de un día y no ver los años pasar.
Desde luego, para una mujer con manivela lo de trabajar aquí no es fácil. No es difícil ver a tomboys en puestos directivos, enfundadas en trajes masculinos. Pero las ladyboys se ven en restaurantes, tiendas de barrio, muchas peluquerías y, de forma abundante, en Nana. Además, en Nana juegan con ventaja. Igual que pueden ganarte jugando a la Playstation, cuando han de soltarle un tortazo a un cliente les salen los cromosomas XY.
Pero hay muchas más que trabajan en sitios normales. Las que llevan hormonándose desde adolescentes y sus familias tienen dinero para operaciones y lo que haga falta lo llevan mejor. Ya son casi imposibles de diferenciarse, a primera vista, y pueden tener buenos puestos de trabajo. A veces gracias a sus familias, lo que hace que pasen mucho más desapercibidas.
Ahí está el caso de Nong Poy, deseo sexual de tantos, que perdió la colita siendo aún adolescente. Como dijo un amigo tailandés hace poco sobre ella, “what a nice Thai man she is”. Hace poco también comenté el caso de una ladyboy que conocí siendo ella profesora de niños. Dejó el trabajo porque le hacían vestirse de hombre, ya que la tolerancia no existe en estos casos, por mucho que se diga. Harta de vestirse de profesor, con tetas operadas, labios pintados y pelo largo pero enfundada en traje y corbata, se mudó a Inglaterra. Allí los niños no le dicen “señor”. Y me han dicho los que están en contacto con ella que se la rifan los ingleses. Y eso a mí sí me sorprende: cuando una mujer con manivela se va a Europa le sobran pretendientes. Por eso será que cada día cientos de personas aterrizan en estas páginas buscando información sobre ladyboys. La búsqueda más simpática de ayer que llegó desde Google fue esta: “cómo encontrar ladyboys en Pattaya que hablen español”. Ardua misión, sin duda.
¡Gracias por tu elaborada respuesta! 🙂
Nong poy es canela, pero como bien dices, si eres de buena familia las cosas son mas fáciles. Y no son los hombres los únicos que piensan que es un estandar de belleza. Las mujeres alli dicen que es muy “pretty”… En España, la envidia femenina la pondria a caldo xD
Acabo de volver de Bangkok y estoy totalmente de acuerdo con casi todo lo que dices, pero también hay muchas Thai que se van contigo sin pagar. Yo he estado allí y nunca pagué nada y decidieron venirse a mi apartamento gratis y pasar toda la noche conmigo y varias noches sabiendo que no cobraban nada conmigo…es cierto que en España también ligo y supongo que el tener 29 años y cuidarse ayuda y no como la media de edad que vi en Shukumvit que no bajaba de 45…
¡Claro! Como en cualquier sitio. Si a una chica le gustas pues es normal que se vaya contigo, sea ella quien sea. Hasta las arañas se van a menudo con extranjeros sin esperar dinero, es ley de vida. Pero es lo que comentas: Si ligas en España en Tailandia muchísimo más. ¡Saludos!
La estampa de un puticlub en España no anima. A un novato le hacen elegir entre un plantel de extranjeras antipáticas, sube a una habitación de paredes desconchadas pintadas de rosa y la elegida, en lugar de hablarle cariñosamente, le escupe que “primero hay que lavarse las pelotas en el orinal sucio de plástico o no se folla”.
Normal que así a un recién llegado en la escena putera de España no le satisfaga quemar uno o dos días de salario en media hora.
Ante este panorama, resulta complicado enamorarse de la que te obliga a acuclillarte en al orinal. Si la industria del sexo en Europa quiere crecer, necesitan de un Steve Jobs del submundo. Alguien que le dé un lavado de imagen y haga que pase de ser algo de lo que avergonzarse al objeto de deseo. Lo que ocurre en Tailandia, vamos.
Me quedo con estas palabras y al final para cualquier tipo de amor, incluye la parte de la follada. Si no hay follada, ni putas por un dia, mes, año, o para toda la vida. No hay follada por lo tanto de alguna u otra forma cada putero es diferente y cada lugar también para putear y quizás enamorarse con la puta. Todo es diferente pero al final uno busca una puta que te haga inmaginar cosas ricas para poder estar allí. Es un conjunto de todo esto y algo mas para poder estar con alguna mujer.
ya estamos con los reportajes ñoños, moralistas e hipócritas……. los occidentes sólo van a esos países a follar gratis o semigratis, a explotar a los nativos y desflorar a las vírgenes pobrecitas que no tienen para comer. El rico abusa del pobre, vamos. La prostitución existe en todo el mundo, es un gran negocio y una necesidad biológica para los homo sapierns. Este negocio, como todos, se basa en la oferta y demanda, el cliente va donde es más barato y atractivo el producto. Qué hay muchas chicas jóvenes de putas por necesidad, pues claro, lo mismo que hay obreros mal pagados que no les llega para comer o chicas en el medio rural que son explotadas sexualmente por sus convecinos. Que lo ideal sería que no existiese esta situación, pues claro, todos queremos un mundo ideal donde no existiera la injusticia ni las guerras. La gran mayoría de las mujeres que se dedican a la prostitución en el pacífico o en Amsterdam no están forzadas por las mafias, sino por la necesidad económica y están libremente aunque no les guste lo que hacen. No les gusta lo que hacen, claro, cuántos hay que tienen un trabajo que aborrecen y aguantan lo indecible. Que la prostitución es cosa de mujeres pobres y de países en desarrollo, posiblemente, pero en Madrid, Barna, París, etc. tienes todas las putas que quieras si pueden pagarles. Menos discursos moralistas……… el que quiera hacer algo para tranquilizar su conciencia que monte una ONG o una gran multinacional en Tailandia, Laos o Vietnam. Y con los míseros sueldos que ganarían que las chicas elijan entre una cosa u otra.
Realmente creo que toda mujer puede elegir que es lo que quiere hacer, desde la mas pobre a la mas rica. Vamos una mujer pobre podría ponerse en un semáforo y vender flores o galletas, empanadas, frutas en una esquina de cualquier calle sino quiere ser puta. Además la puteria en Tailandia es muy diferente a otros países en muchos países traen mujeres extranjeras para trabajar de putas, las locales casi no ejercen la profesión de puteria. En Tailandia creo que la mujer es alegre de vida y le gusta la puteria, creo que les gusta el sexo, además muchas de ellas buscan casarse con un farang, la puta de Europa o de otro lado podrán ser madres algún día, pero le aseguro que ellas no buscan ser madres en la puteria. De igual forma creo que toda mujer si no es puta por un dia, por 1 semana, 3 meses, o por un ano. No creo que tenga posibilidad de encontrar relación con el amor de ninguna forma.
Madre mía. Tu blog es espectacular. Me estoy quedando enganchado. Creo que me lo voy a leer entero. Sólo una cosa; estás levantando cartas muy espinosas en este blog. ¿No te da miedo acabar en una carcel Tailandesa o recibir la visita de algún mafioso que te diga cuatro cosas, o peor, que no te diga nada?. ¿Si piensas que la corrupción es tan salvaje, porque te atreves a escribir este tipo de cosas en una dictadura militar como Tailandia?
¡Hola Alfonso! Aunque aquí esté coartada la libertad de expresión, para mí ese es un derecho innegociable. Mi idea es que se ha de contar todo sin censura.
Te entiendo y admiro. Sólo espero que no te pase nada. Enhoerabuena por tu blog
claro que si al calzon quitao ! como debe ser y es en Tailandia. jejejejej
Luis, he estado mucho tiempo planeando mi viaje a Tailandia y encontré en tu blog muchas de las respuestas a las preguntas que rondaban por mi cabeza. Por eso, te agradezco un montón toda la info sincera.
La semana próxima estaré por Bangkok y sería un honor invitarte unos tragos en agradecimiento.
Saludos desde Jujuy!
Abrazo grande!
Estuve en tailandia hace como 10 años y si no he visto otrp lugar con mayor prostitucion.
Me la paee super
Creo que ya he leído todos los artículos de tu web, Luis, y por la prosa, las deducciones y las conclusiones que se ven en éste te digo que para mí son tus mejores párrafos.
Gracias a tu blog me han surgido unas enormes ganas de conocer Bangkok, y tener emociones fuertes.
Suerte.