La ‘dictadura’ del mosqueo: Dos años de Gobierno militar

Prayuth Chan-ocha televisión TV

El primer ministro no electo, Prayuth Chan-ocha, en una de sus apariciones televisivas semanales donde disfruta dándole la charla al pueblo. Los fondos nacionalistas o que ensalzan su figura como salvador nunca fallan.

Levantar la voz, dicen por aquí, no se ve con buenos ojos si esos ojos son rasgados y siameses. Y por eso no le gusta al Gobierno militar cuando algún impertinente hace alguna pregunta incómoda. “¿Y las elecciones para cuándo?”, es una de las clásicas.

Ante preguntas así los de verde entonces sí ven bien ponerse como una mona y levantar la voz. Porque si bien el primer ministro no electo, Prayuth Chan-ocha, se hizo con el control del país para devolver la felicidad al pueblo, de aquel eslogan parece que se ha olvidado. Más que el mandato feliz, ahora parece que practique la dictadura del mosqueo.

Basta con encender la televisión durante los discursos del general reconvertido a líder del país para ver que más que felicidad sus poros destilan cabreo. A los periodistas les prometió en Año Nuevo que se enfadaría menos con ellos; sólo le faltó decir que dejaría de llamar “mal tailandés” a quien preguntase lo que no tocaba. Aun así, a veces lo veo hablando en los medios y me recuerda a Eugenio. No porque cuente chistes, sino por su moderada efusividad.

De sus promesas cuando cogió el poder ya nadie se acuerda demasiado. Y tampoco puede reprocharle algún vecino que no haya cumplido porque, claro, tampoco ofreció nada muy palpable. Devolver la felicidad al pueblo, garantizar la unidad, acabar con la corrupción y fomentar los valores nacionalistas, religiosos y monárquicos. Ninguna promesa clara y medible.

Lo que sí que dijo fue que la democracia regresaría cuando resultase posible. Pero han pasado casi dos años y lo único que se ha potenciado es la concentración de poder en los militares. La economía no funciona bien y desde fuera nadie quiere poner su dinero aquí con el auge totalitario.

Pero claro, a los de verde lo que digan desde fuera o que el extranjero deje de invertir en su país es algo que ven poco importante, ellos van a lo suyo. A fomentar lo que llaman “ser un buen tailandés”, que para los buenos militares es no cuestionar al poder y practicar los valores tradicionales.

Para celebrar el casi segundo aniversario del golpe de Estado en Tailandia, que se celebrará dentro de mes y medio, qué menos que hacer un análisis a la situación política siamesa de los últimos meses. Empezando, claro, por la pregunta que ya casi nadie hace.

 

¿Y para cuándo las elecciones?

 

Prayuth Chan-ocha

El primer ministro y general del ejército, Prayuth Chan-ocha. Foto: Sakchai Lalit / AP.

De la promesa de elecciones en otoño de 2015 ya nadie se acuerda. Porque la fecha de la democracia se ha ido alargando durante estos dos años con la excusa de que “las reformas aún no han acabado”. Desde luego, poco ha cambiado en Tailandia en este tiempo en que los militares están al frente.

La corrupción sigue igual, más allá de medidas cosméticas como limpiar alguna playa o hacer redadas en discotecas. Bueno, se ha metido entre rejas a muchos contrarios con el poder militar y se han vendido dichos arrestos como limpieza de corruptelas. Pero poco más.

A veces hasta parece irrisorio. De cara a Songkran, la celebración de fin de año tailandés que empieza esta semana, la policía ha detenido a 20.000 criminales para que tengamos la fiesta en paz. Lo de detener a sospechosos está muy bien pero, ¿no se les podía haber detenido antes? ¿Las órdenes de arresto por qué no habían llegado hasta ahora? Prefirieron esperar a Songkran para tener una excusa. Todo muy tailandés.

Pero, ¿y las elecciones? Pues antes se ha de aprobar una nueva constitución. Y si los militares hacen uso de lo que llaman “el artículo 44” para todo -que reza que tienen poderes absolutos para todo sin pasar por tribunales ni legisladores-, para aprobar un borrador de constitución quieren que se someta a votación. Para ello montan un referéndum privado.

Y en dicho referéndum siempre sale que no se aprueba el borrador, por lo que las elecciones se retrasan sin fecha. Dichos borradores de constitución también tienen miga, porque entregan el poder a los militares e incluyen artículos que permiten que los de verde puedan volver a hacerse con el poder “si la seguridad nacional lo requiere”. Y ellos son los que han de decidir eso, dicen esas propuestas draconianas de constitución.

Más allá de las críticas que tachan de antidemocráticos dichos textos por sus segundas lecturas y sus artículos difíciles de entender, parece que ya hay fecha. Tras los intentos fallidos en aprobar una constitución, el próximo referéndum será el 31 de julio de este año. Y el Gobierno militar promete elecciones a finales de 2017, se apruebe el borrador o no. Veremos.

 

Los mosqueos que ‘enrojecen’ a Prayuth

 

bol thaksin rojo songkran 2016

Un simple bol de agua rojo ha enervado al primer ministro no electo.

Pasearse esta semana de celebraciones de año nuevo tirando agua con un bol rojo no es una buena idea. Es más, desde hace un tiempo lo de ir de rojo se mira mal por parte de los de verde. Porque ellos, claro, son de los amarillos. El juego de colores habitual en Tailandia.

El rojo representa a Pheu Thai, el partido de Thaksin Shinawatra, ex primer ministro electo que fue depuesto y juzgado por corrupción por sus enemigos políticos, los amarillos. Entre estos -que usan el amarillo porque es el color del Rey y de la monarquía- se encuentran los militares.

Prayuth sabía muy bien que necesitaba un enemigo a quien culpar de todo para poder justificar sus políticas. Eligió a Thaksin y a sus seguidores y los calificó de amenaza de la seguridad nacional. Porque el buen general vigila por el bien de su pueblo. Sin necesidad de que sepan nada.

El problema es que los partidarios de Thaksin son mayoría y suelen ganar las elecciones. Ahora, de cara a Songkran, los rojos han repartido los míticos boles de color rojo que se usan para lanzar agua con esta inscripción: “Aunque el panorama está caliente, permitamos que nuestros hermanos y hermanas sean bendecidos con frescura a través de este bol. Feliz Songkran”. Thaksin, el enemigo, firma esas palabras.

El Gobierno militar, demostrando nuevamente su extrema sensibilidad hacia todo lo que proceda del enemigo, ha prohibido usar el artefacto del mal, el bol rojo. Las críticas le están lloviendo al primer ministro no electo, sobre quien ya se cuestiona por qué tanto odio por Thaksin y esa ofuscación en eliminar toda referencia a su contrario.

 

Tierra de prohibiciones

 

1984 Tailandia

Leer ‘1984’ de George Orwell e incluso comer sándwiches puede ser activismo político. Foto: Bangkok Post.

La prohibición de lanzar agua esta semana en Songkran con un bol rojo es sólo una más en la larga lista de simpáticos vetos que propone el Gobierno militar. Y que dan más mala imagen que ayudan al país.

Ahí está la prohibición de emular los gestos de la comercial saga cinéfila adolescente Los juegos del hambre por simbolizar la rebelión de un pueblo ante un estado dictatorial que les engaña. También la privación de leer el clásico 1984 de George Orwell, que luego lo de devolver la felicidad se lo pueden cuestionar los lectores.

También durante el mandato de los militares han crecido las detenciones contra aquellos que atentaron verbalmente contra la monarquía o los poderes establecidos. Como el trabajador de fábrica que fue a la cárcel tras haber hecho algún comentario sarcástico acerca del que fue el perro de la familia real, Khun Thong Daeng.

Esto de la censura ha tenido su miga. Por un lado, están los centros de reeducación para los periodistas que hablaron mal de los que mandan y que no entienden la misión de los militares. Al fin y al cabo, ellos velan por el país. Y luego están las cuatro ocasiones en las que el New York Times fue censurado en su edición internacional en Tailandia. Al final, el prestigioso diario ha tenido que irse del país, aunque aseguran que es porque los números no salían.

Protestas, manifestaciones estudiantiles, camisetas rojas y opiniones varias. Se ha prohibido de todo. Y también han aparecido casos de flagrante corrupción con el Gobierno en el punto de mira que, simplemente, se han silenciado mandando a la cárcel a quienes los aireaban. Como el del parque Rajabhakti y sus estatuas en honor a la monarquía.

Las estatuas salieron por un pico y se desveló que algún importante coronel y otros intermediarios y cargos del ejército se habían llevado comisiones de un 10%. ¿A quién se metió en la cárcel? A dos personas que compartieron la información donde se explicaba quién y cómo se había adueñado de las comisiones no declaradas. A uno de ellos los militares lo sacaron del hospital mientras esperaba para ser operado, mientras que el otro es el operario a quien condenaron por ofender a la mascota de la familia real.

 

Y se acabó la carne en Songkran

 

Songkran Pattaya

Esta escena será ilegal, según el Gobierno militar, durante este Songkran.

Los valores tradicionales son una de las batallas principales del actual Gobierno militar. Ya saben, lo de que Tailandia es un país puro y conservador, alejado de la lujuria y del desparrame. Eso del vicio es invención nuestra y, desgraciadamente, hemos enganchado a Tailandia a tan malas costumbres.

O eso es lo que han tratado de vender desde el Gobierno militar estos días de cara a Songkran. La fiesta más grande del país, la celebración de Año Nuevo, era históricamente un festejo budista con un poco de agua. Ahora mismo, lo que hay son pistolas que disparan a chorro, gente empapada y mucha camiseta mojada.

Lo de la camiseta mojada está prohibido este año. Prayuth Chan-ocha ha dicho que se multará a las jóvenes que enseñen pechuga y cuyas camisetas transparentes sus vergüenzas. Es más, pide a sus gentes que no vistan como occidentales y que no copien esas costumbres tan nuestras y que vistan con trajes tradicionales siameses. Yo, personalmente, no me viene a la cabeza algo como Songkran en Europa. Y parece que los que mandan no conocen los vestidos que se llevaban aquí en el pasado.

Tailandia mujeres pechos desnudos pasado

La moda del pasado en Tailandia y en el Sureste que los que mandan no quieren que recuerde su pueblo.

El Gobierno militar, un día antes del festival de agua, ha insistido a sus ciudadanos a que vistan los trajes tradicionales tailandeses y a que no enseñen pechuga. Algo paradójico viendo la foto de arriba. Y ha avisado en los medios con normas explícitas y anunciando que se perseguirá a quienes no cumplan las reglas. El alcohol también está vetado y, por supuesto, los boles y cazos rojos también.

Para colmo, la policía tailandesa trata de lanzar una campaña de concienciación para no conducir y beber en Songkran y meten la pata hasta el fondo. Con un agente de policía siendo tratado como un maharajá por parte de dos serviciales señoritas. Y al lado la inscripción “promueve la cultura tailandesa”. Merece la pena darle un vistazo.

 

Y el país, ¿camina hacia atrás?

 

monjes malos tailandia

A veces enganchan haciendo de las suyas a los monjes que no deberían llevar la túnica.

Tailandia, suerte que tiene el país, goza de una resistencia interesante contra las crisis y sus propios errores. Se aguanta todo sobre alfileres pero el decorado de cartón piedra no se desmonta. Y parece que seguirá siendo así, ¿o no?

Los propios tailandeses se acostumbran a tener gobiernos militares y un primer ministro no electo que da el cante, pero que de la silla no se mueve. Sin necesidad de promover terror alguno. Porque Prayuth y los suyos practican ante todo la dictadura del mosqueo. Hay muchos cabreos, discursos y palabrería. Pero la sangre no suele llegar al río.

Quizás sea como dice el cineasta siames Apichatpong Weerasethakul, que afirma que mientras su país “se hunde” con los militares, “la gente duerme”.

Se compara a veces a Tailandia con Corea del Norte por la falta de libertades en su nueva legislación, pero a la práctica la aplicación de cada Ley es casi siempre laxa en el país del Sureste Asiático.

No obstante, tienen motivos para preocuparse. Tailandia ya no es un nexo económico en la zona y ha perdido su fortaleza. A nivel industrial, Vietnam y otros países funcionan mejor, Birmania plantea además una nueva amenaza y Siam, como ya explicamos aquí, está atrapado en la trampa de la clase media.

La opinión pública echa la culpa al Gobierno militar de los vaivenes de la economía, y además muchos se asustan con la aproximación a las dictaduras. Todo eso estremece al inversor internacional, aún necesario aquí. Porque el turismo occidental -y es el que se deja dinero y no los nuevos viajeros chinos- ya está en caída.

Prayuth Chan-ocha y su Gobierno militar tendrán que lidiar con todo esto. ¿Elecciones el próximo año? Veremos. Porque muchos estiman que el castillo de naipes que forman la estabilidad y la economía tailandesa podría derrumbarse pronto. Y las alternativas políticas tampoco son muy esperanzadoras. Ya que Thaksin y sus rojos tampoco proponen esperanza alguna, sino más de lo mismo pero con otro color.

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8 comentarios

  1. R. Ibarzabal dice:

    Muy a favor de que las tailandesas vuelvan a vestir a la manera tradicional. Y lo que se iban a ahorrar en tela, oiga:
    https://thaiwomantalks.com/2011/05/01/toplessness-in-thai-culture-the-mammary-truth/

    Pero, lo demás, bastante triste. Mala cosa tener a gente de uniforme en el poder…

  2. Aaron dice:

    Bueno esa vestidura tailandesa del pasado es mucho mejor, quitarse la ropa esta en los genes de las tailandesas, Mas bien pareciera que ni el mismo comprende su propia cultura. A veces me pregunto si será para controlar un poco los fluidos sanguíneos de la desnudez y las enjabonadas, algo que parece inevitable en esta cultura y me pregunto que pasaría si Siam hubiera sido conquistada por extranjeros, que tipo de constitución social, política y cultural, hubieran adoptado. Quizás estaría como muchos países Europeos o Latinos. Creo que muchos de nosotros no tuviéramos opciones de buenas enjabonadas o de encontrar una opción que para muchos consideran mas accesible poder vivir una mejor calidad de vida aunque no sea un país perfecto como cualquier otro. Si creo que todos pensamos que podría ser un súper país y mejorar, pero al menos para aquellos que aman Siam tenemos la ilusión de que pueda serlo algún día.

    Una pregunta Luis como era el gobierno de Thaksin Shinawatra era mas abierto, menos dictador.

    • El Gobierno de Thaksin era muy populista y necesitaría de muchos párrafos para poder resumirlo. Pero no fue un buen Ejecutivo, la verdad. Tenía algunas propuestas buenas -casi ninguna se puso en práctica- y se hicieron unas cuantas acciones que estuvieron bien. También tuvo cagadas enormes y se le acusó de corrupción.

      No hay gobiernos buenos en Tailandia y los Thaksin no son ejemplo de nada. Pero nadie les puede negar que ganan las elecciones y que no han de tomar el poder por las armas.

  3. ron dice:

    Solo he podido leer el principio y tenia q dejarlo. Creo q te falta mucha informacion sobre este tema. O vives con las camisetas rojas y nunca has hablado con los demas. Lo bueno de la junta no lo ves. Me gustaria escribir mas pero se q no va a tener resultado.
    Adios

    • Vaya manera de juzgar algo, diciendo primero que no lo has leído más que en su principio. Muy de nuestra tierra, criticar sin haber leído antes y no dar argumentos más allá de una excusa vaga como que “no va a tener resultado”.

      Señor ‘ron’, cuéntenos su versión ya que se pone a escribir. Aunque diciéndome esto de los ¿camisetas? rojas seguro que eres de los que piensan que solo hay dos bandos en Tailandia, o con los de Thaksin o con los amarillos. Pues precisamente ni con unos ni con otros, que esto no se trata de elegir equipo de fútbol.

      Hable de las bondades de la Junta militar, por supuesto, que aquí no se le censura. Los que censuran son precisamente ellos, los del primer ministro no electo.

  4. Peawees dice:

    Crees que es un buen momento para establacerse en tailandia? Ves la crisis del momento y la ‘dictadura’ que acontencen ahora a Tailandia, como algo positivo para un extranjero con algo de dinero ahorrado con intencion de estar alli un tiempo?

    • Pues depende. Si es para montar un negocio, no lo veo. Aunque siempre ha sido un país difícil en el que invertir. Ciertamente, no veo muchas oportunidades en la actual situación económica ni tampoco a partir de una hipotética crisis que -dicen- se avecina. Si me comentas un poco más en detalle trato de darte una mejor respuesta.

      Sin embargo, si de lo que se trata es de vivir en Tailandia con dinero ahorrado, el momento no es malo.

  5. Aaron dice:

    si eso se nota, parece que ningún gobierno mejoraría esta país que tiene cosas que realmente llaman mucho la atención.
    Pero que gobierno es bueno, casi ninguno casi todos hacen cagadas.

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