Un año más en Songkran, la fiesta grande de Tailandia

Lo dije ya en otra ocasión. En España tenemos celebraciones de excepción, como la Feria de Málaga o San Fermines. Los carnavales de Cádiz y hasta la Feria de Abril, sin olvidar a mis queridas Vaquillas de Teruel. España es un lugar donde sabemos cómo festejar y si no que le pregunten a cualquiera por la costa. Y sin embargo, me quedo con el Songkran.

Será lo de mojarse, las pistolas de agua o cómo se vive aquí la celebración del Año Nuevo tailandés, pero si me he de quedar con una celebración, yo me pido el Songkran. ¿La mejor fiesta de Asia? Quién sabe. Pero a quien le guste este desfase, es una cita obligada.

Ya expliqué en detalle de qué iba todo esto hace un año en este artículo. En estas líneas sólo quiero dar algunos motivos más por los que estas fechas son cita obligada en el calendario. Y poner algunas fotos y vídeos que intenten mostrar de qué va esto. Aunque, sin vivirlo, es imposible saber cómo es.

 

¿La mejor fiesta de Asia?

 

Quizás decir que Songkran es la mejor fiesta de Asia no sea lo más correcto. Durante estos días, el país está colapsado, hay aglomeraciones y no puedes moverte. Además, es imposible evitar estar mojado a menos que vayas en coche a todos los sitios. Salir a la calle significa encontrarte con alguien que va a mojarte. No hay más.

Pero si disfrutas de celebraciones como San Fermines o la Feria de Málaga, sin duda esto te apasionará. ¿Por qué? Básicamente, hay algo que es capital. Es una celebración que te hace sentir como un niño. Estar disparando agua, recibiendo cubos constantemente y pasar todo el día mojado es divertido, muy divertido.

Eso es lo más importante. Te hace vivirlo como un chaval, algo que pasada la treintena es realmente complicado. Motivo más que suficiente por el que nunca he entendido cómo es posible que una celebración así no movilice a más gente alrededor del planeta para venir a Tailandia entre el 13 y el 15 de abril.

Este año, aunque se intentaron poner algunas limitaciones y se habló nuevamente de nuevas prohibiciones a tan alocada fiesta, todo fue casi igual que en otros años. Con algunas excepciones. Durante el día, Khaosan fue una divertidísima opción. La mezcla de público mayoritariamente local y extranjeros hace todo posible.

En Silom, la otra gran zona de día, como casi siempre. Mucho ambiente homosexual, que es lo que se vende por allí, pero también familias y más grupos de gente que no querían moverse hacia Khaosan. Aunque celebraciones y festejos habían en casi cualquier sitio, incluso en cualquier esquina de la ciudad.

Eso sí, hubo intento de Prayuthazo. Nuestro amigo y Primer Ministro sin pasar por las urnas quiso volver a cargar contra el Songkran festivo y a criticar a quienes disfrutan. Pidiendo a las gentes de Siam que se dediquen a ir al templo y no a hacer el cafre con el agua.

Basándose en polémicas tan estúpidas como las escenas en que algunas, con la emoción, se ponen en top-less. Muy similares a las de San Fermines, criticando eso en vez de decir que cada uno haga lo que le dé la gana. Para rizar el rizo, el Gobierno militar lanzó un vídeo manipulador y de cuestionable contenido por las formas de lavado de cerebro que presentaba. ¿Era necesario usar niños en su metraje? Eso fue el principio.

El Prayuthazo llegó luego con la prohibición de según qué indumentarias en algunas zonas festivas y el cerco a la venta de alcohol en varias zonas. El asunto fue tan cómico que hasta pidieron que en algunos barrios como Siam Square se promoviese la vestimenta tradicional tailandesa, en cualquiera de sus formas.

Como anécdota, me acerqué con un grupo de amigos y amigas a Siam el lunes a la tarde y no nos dejaron acceder a la zona principal acondicionada para el festejo. El motivo fue que íbamos algunos con camisetas blancas. “Se transparentan y pueden dejar ver, no es bueno para la decencia”, nos dijeron.

Todo esto es muy gracioso cuando ves que se lo pasan por el forro en cualquier barrio, donde todo el mundo va alcoholizado y conduciendo sin problemas. Y mientras Nana sigue funcionando a todo tren. Si el Gobierno quiere solucionar los problemas de su país, quizás debería controlar sus carreteras y los excesos de sus gentes y no marear con discursos sobre la decencia y las buenas apariencias.

 

Las siempre difíciles carreteras de Songkran

 

No todo es positivo. Una cosa es disfrutar de la fiesta del agua y festejar el Año Nuevo. Otra son las salvajadas que se ven en las carreteras. Si ya de por sí Tailandia es un país peligroso cuando conduces, en Songkran se vuelve más complicado que nunca. Si vas en moto, te la juegas.

Entre el 9 y el 14 de abril, periodo principal ya que incluye el fin de semana previo, murieron más de 300 personas en las carreteras tailandesas. Con el 78% de los accidentes protagonizados por motocicletas y presencia de borrachera en casi la mitad de muertes. Terribles cifras que confirman el peligro que suponen estas fiestas.

Sin embargo, lo que se ve en las calles es una despreocupación total como si nadie tuviese en cuenta que se juegan la vida.

Los motoristas conducen salvajes sin protecciones ni cascos, en muchas camionetas hay gente lanzando agua con la posibilidad de caer a la carretera ante cualquier imprevisto y los coches conducen rápido. ¿Controles de alcoholemia? Los mismos pocos y evitables que un fin de semana normal, y a veces menos.

La escasa educación de los conductores tailandeses y las irresponsabilidades al volante o sobre una moto llevan años en un punto realmente complicado. Pero los militares están más preocupados en la decencia que en intentar solventar estos problemas, que parece que los consideran “un mal asumible”.

 

Noches en el fin de año tailandés

 

Las celebraciones duran todo el día. Hay hoteles que hacen fiestas en sus piscinas, tienes localizaciones como Khaosan y en cualquier lugar de Bangkok puedes celebrar y mojarte. Más bien, lo difícil es escapar de la fiesta.

En relación a la noche, quienes aguante siempre tienen un buen puñado de opciones. A mí, personalmente, me gusta Ratchada soi 4, lugar de fiesta que nunca falla. Tenéis un vídeo arriba, es de los sitios más divertidos. Para disfrutar con lo de tirar agua, no para ligar y esas cosas. Estas fiestas no son las mejores para dichos menesteres.

Luego está la habitual zona de RCA, que cada año está colapsada. Entrar en el club Route66 es casi imposible y sólo recomendable si vas muy temprano o te encantan las aglomeraciones más tremendas.

Siempre hay luego quien se pasa de vueltas, normal en estas situaciones. Este año, le tocó al inglés de turno que, puesto hasta las cejas, decidió que era momento de mostrarse al mundo sin ataduras y hacerse un Adán y Eva. Fue duramente criticado por los sectores más moralistas tailandeses, pero el Gobierno sólo le multó con cien bahts. Unos tres euros. A mí no me sorprende, he pasado muchos de mis veranos en la costa catalana favorita de ingleses y holandeses.

No deja de ser normal en fiestas así. Y no obstante, sigo pensando lo dicho anteriormente. Celebraciones como Songkran son únicas en el mundo y dignas de vivir al menos una vez en la vida. Dejo algunas fotos más publicadas por el diario The Nation como muestra de ello. ¡Feliz año nuevo tailandés!